viernes, diciembre 30, 2005

Un programa imposible

En la última semana, miembros del Gobierno con el Presidente a la cabeza, han realizado declaraciones sobre los avances económicos y sociales de la actual legislatura. Es la repetición del complaciente "España va bien" al que el anterior Gobierno nos tenía tan acostumbrados. En mi modesta opinión, esta complacencia es lógica entre los conservadores, pero un Gobierno de izquierdas debería ser más crítico y más pegado a la realidad. Y la realidad, tal como yo la veo, dista de ser tan satisfactoria como se nos quiere hacer creer. Si nos atenemos a las promesas electorales, y al análisis realizado por los partidos que apoyan al Gobierno, habría que recorrer todavía un largo camino hasta superar los déficits que nos han dejado a la cola de Europa: el déficit social (educación, sanidad y atención a dependientes) que se agrandó durante la etapa de gobierno del PP (-7 % PIB) y el déficit científico y tecnológico (-2% PIB), además de los problemas de consumo de drogas, criminalidad y violencia de genero e infantil.
En un artículo anterior, "Las palabras y los hechos", me refería a la propensión de nuestros políticos a utilizar las palabras (en forma de Leyes o Proyectos de Leyes) antes que los hechos (que son caros) y a dar casi por resuelto un tema una vez formulado un texto, sin que antes se hayan establecido y probado los recursos necesarios para llevar a cabo la realización práctica de ese texto. Es la transposición de las realidades por lo que son solo deseos.
Y quizás no haya un ejemplo más claro de este tipo de operación que el del recientemente aprobado (en Consejo de Ministros) "Anteproyecto de Ley de Atención a las personas dependientes" al que el Gobierno se ha referido como el "cuarto pilar del Estado de Bienestar" fijando un gasto anual del 1% del PIB para 2015: unos 9.000 millones de euros. Una cifra respetable, aunque sea solo la tercera parte de lo que países como Suecia invierten en estos mismos servicios, pero que contrasta con los 400 millones presupuestados para 2006, después de admitir las enmiendas de IU y ER que duplicaron la propuesta inicial.
Lo primero que a un ciudadano normal, como yo, se le ocurre es leerse el referido Anteproyecto para ver en qué consiste. ¡Vano intento! No hay quien encuentre el documento (si existe) en las web de la Administración ni, al parecer, lo conocen las Instituciones más interesadas en el tema, si nos fiamos del artículo publicado en La Razón titulado "La Ley de Dependencia: el proyecto fantasma".
A falta de ese documento, para los más interesados, es útil echar un vistazo al Libro Blanco sobre atención a los dependientes que hace un exahustivo análisis del problema en España y de las soluciones implementadas en distintos países, advirtiendo que se trata de un documento de unas 1.000 páginas.
Hay muchas preguntas sin contestar en relación con esta futura Ley. Sobre todo las que se refieren a los cuidadores: ¿cuantos serán los propios familiares y cuantos los profesionalizados? ¿cómo se formarán?
Y, si las cosas se hacen bien, habría que hablar como mínimo de medio millón de cuidadores.
En todo caso, la realización práctica del Programa socialista para reducir nuestro déficit social y tecnológico con Europa debería suponer un incremento de gasto público no menor de un 5% del PIB. En tiempos de Felipe Gonzalez, la universalización de la educación, la sanidad y las pensiones (3 pilares del Estado de Bienestar) supuso un aumento de la presión fiscal de unos 6 puntos. Ahora, para poner en marcha el cuarto pilar, para lograr una posición tecnológica adecuada a nuestro nivel económico y para tener una sanidad y unas pensiones mínimas dignas de un país avanzado, hay que dar un nuevo salto de la presión fiscal del orden del 5% del PIB, pasando del 35% actual a un 40%.
Sin embargo, el Presidente del Gobierno proclama que "bajará los impuestos a trabajadores y empresas". No está mal, pero tendrá que subirlos en otros capítulos (hidrocarburos, alcohol, tabaco...) en que las subidas contribuyan a disminuir una demanda indeseada y, sobre todo, el Gobierno deberá dar un buen bocado al dinero negro y al consiguiente fraude fiscal. Todo ello, puede reportar hasta un 2% o 3% del PIB, lo que es claramente insuficiente.
El programa del Gobierno se convertirá, presumiblemente, en un programa imposible.

P.S: Posteriormente a este escrito ha salido, en la web de Presidencia del Gobierno, una nota sobre la Ley de Autonomía Personal y Dependencia con algunos datos de financiación, por cierto bastante inferiores a la cifra del 1% del PIB que había apuntado como insuficiente.


sábado, diciembre 24, 2005

Efectos indeseados

Una de las características más comunes de nuestra cultura hispana es el rechazo a la crítica de lo que consideramos propio, por parte de foráneos. Y la necesidad de que estos mismos foráneos alaben lo que consideramos nuestro.
Un amigo que vivió en la República Dominicana me dijo que, en animada conversación con algunos nativos dominicanos, y a la vista de que ellos criticaban duramente la situación y la cultura de su país, se sintió libre para criticar,a su vez, a ese país. La reacción inmediata fue una andanada de imprecaciones del estilo: gringo cabrón, vete a tu país si esto no te gusta ....! Este tipo de respuesta es también muy común en España, no solo frente a los extranjeros sino también frente a los que provienen de otras zonas o, incluso, frente a los del pueblo vecino.
Por eso, no hay nada que aglutine más a un grupo humano de cultura hispana que el ataque por parte de alguien a quien se considera foráneo o extranjero. Ya en tiempos de Franco cuando la situación después de la derrota de Hitler había debilitado bastante al régimen, la condena a España por parte de las potencias democráticas en las Naciones Unidas (UNO según las siglas inglesas) tuvo el efecto indeseado de reforzar la popularidad del franquismo. En las manifestaciones de apoyo se decía: ¡si ellos tienen UNO nosotros tenemos DOS!
Probablemente, uno de los refuerzos más potentes con que cuenta el régimen cubano de Fidel Castro es la actitud hostil de los EE.UU y el bloqueo económico. Fidel lo sabe y lo utiliza hábilmente.
Y, en nuestro país, no hay nada tan efectivo para generar nacionalismo, en el País Vasco o Cataluña, como la actitud beligerantemente antinacionalista del españolismo rampante de la derecha. Una actitud que fácilmente se convierte en antivasquismo o anticatalanismo, como ha quedado bien patente con el intento de boicot a productos catalanes.
Se podría decir que, en la jerarquía de necesidades de la escala de Maslow, la mayor parte de los ciudadanos de nuestra cultura se sitúan en el nivel de necesidades sociales de pertenencia a grupos, sean estos su lugar de nacimiento, su peña o hermandad, su partido político o su equipo de futbol. Es un nivel en el que los individuos se sienten reforzados o protegidos por la pertenencia a un grupo más fuerte que ellos mismos. En las culturas noreuropeas vemos una mayor individualidad que, paradójicamente, da como resultado actitudes más cooperativistas entre los distintos grupos para lograr objetivos comunes que puedan favorecer a todos. Algo que se dió en nuestro país, para la transición democrática, pero que hoy ha desaparecido casi totalmente. Me parece absolutamente inviable el entendimiento, para gobernar juntos, de los dos grandes partidos rivales, PP y PSOE, aún cuando sus políticas reales estén más próximas de lo que se pueda pensar. Un entendimiento que es muy común en el Norte y Centro de Europa (Alemania, Suecia, Finlandia...).
No seremos un país avanzado mientras que no seamos capaces de dialogar civilizadamente entre los diferentes grupos políticos y de hacer críticas razonadas no solo de los otros sino, principalmente, de los propios o los más próximos a nosotros. No hay nada políticamente más destructivo que la blanda complacencia con lo propio y la crítica irracional (y hasta insultante) del otro.

domingo, diciembre 18, 2005

Leer y escribir

Es sabido que somos uno de los países de Europa donde menos se lee . Nuestro índice de difusión de prensa es de 105 ejemplares por mil habitantes cuando la media europea es de 217 y en Finlandia, cabeza del ranking, es de 455. Probablemente, el índice de lectura de libros en España es todavía más bajo. Aparte de las lecturas infantiles (Salgari, Guillermo, Dumas....), yo mismo no empecé a leer libros, seriamente, hasta que tuve 20 años. Recuerdo (¿con nostalgia?) mis frecuentes visitas a la sección de préstamo de libros de la Biblioteca Nacional de Madrid, donde descubrí a Alexis Carrel, Teillard de Chardin, Axel Munthe, Arthur Koestler, el Yoga, el poema épico finlandés Kalevala (que me condujo a Finlandia), Bertrand Russell, Mircea Eliade..... Desde entonces me he vuelto un gran aficionado a la lectura y he leído más de mil libros (no es mucho: un par de libros al mes, en 50 años). Sin embargo, he de confesar que no soy un gran lector de novela o narrativa de ficción; más del 90% de los libros que leo son de ensayo, filosofía, economía, socio-política, historia, orientalismo o de divulgación científica. Son pocas las novelas que me han proporcionado disfrute al leerlas. Recuerdo algunas: La isla del Tesoro, la Colmena de Cela, Sinuhé el egipcio de Mika Waltari, La ciudad de los prodigios de Mendoza, 100 años de soledad de García Marquez y pocas más. Aparte, desde luego, de los clásicos españoles (Cervantes, Quevedo..), ingleses (Shakespeare, Dickens..), rusos (Tolstoi, Dostojevski..), franceses (Balzac..) y de las novelas de entretenimiento como las policiacas (Agatha Christie o Vazquez Montalbán) o las históricas de Pérez Reverte. Algunas novelas de éxito como "El código Da Vinci" se leen rápido por su intriga, pero son verdadera bazofia literaria. Últimamente he leído "Las intermitencias de la muerte" de Saramago que me ha aburrido bastante. Lo reconozco, no soy un gran aficionado a la novela; me gustan los libros de conocimiento de la realidad científica, medioambiental, política, histórica o económica. Ahora estoy releyendo un libro apasionante: Breve historia de casi todo de Bill Bryson que describe, desde un punto de vista humano, a los científicos más importantes y la historia de sus descubrimientos en astronomía, geología, física, química y biología.
He leído bastante, pero hasta hace solo 10 años no había escrito casi otra cosa que no fuesen informes y proyectos profesionales. Desde que me jubilé he tenido el tiempo suficiente como para escribir sobre mis ideas e impresiones de la realidad que vivo. En el año 1995 inicié una serie de escritos, titulados por las fechas, sobre los temas más variados de cada momento. El documento se tituló: Circumlloquia y tiene 100 páginas con un anexo de la bibliografía leída durante su elaboración. Además de esto, tengo escritas unas 50 páginas de mis sueños desde el año 1980. Solo los escribo cuando me parecen interesantes o evocadores. He comprobado que los años en que más sueños documento son los que han sido más problemáticos para mí. En los últimos años no he documentado ninguno. Y, desde luego, no los enlazaré en este weblog porque tengo cierto pudor por lo suponen de intimidad para mí y para otros.
Escribir es un ejercicio muy útil para un viejo. A mi edad se olvidan las cosas y las palabras, y escribir obliga a ejercitar la mente y la memoria. Se necesita información de Internet y de prensa o libros. Hay que acudir al diccionario de sinónimos cuando uno no encuentra las palabras justas. Y, también, para un joven que está educándose es importante leer y escribir. Todo el mundo lo puede hacer; aunque no sea uno un creador. Yo no lo soy. Solo unos pocos son capaces de hacer literatura creativa.
En todo caso: no hay nada que sea más recomendable y accesible, para casi todos, que leer y escribir.

domingo, diciembre 11, 2005

El misterio de Cuba

En su libro "Y Diós entró en La Habana" Vázquez Montalbán narra un chiste que Piñero le contó a Fidel: un Presidente americano (Reagan o Clinton) le encarga a la CIA que le informen de la situación en Cuba. Se envían unos espias que, a la vuelta, le dicen: Sr. Presidente, según las estadísticas en Cuba no hay desempleo, pero nadie trabaja; nadie trabaja pero los Planes de producción se cumplen; los Planes se cumplen pero no hay comida en las tiendas; no hay comida pero todo el mundo come; todo el mundo come pero todos se quejan de que no hay comida; todo el mundo se queja pero todos acuden a la Plaza de la Revolución a vitorear a Fidel... Sr. Presidente, tenemos todos los datos pero no conseguimos llegar a una conclusión.

Esta anécdota refleja muy bien lo que yo llamo el misterio de Cuba. Según datos bastante fiables, el PIB de Cuba es de los que menos ha crecido desde 1958, un año antes de la Revolución. México o Chile han crecido unas 30 veces desde entonces y España 100 veces. Cuba solo 15 veces. Sin embargo, si atendemos a los índices de Desarrollo Humano vemos que Cuba se sitúa entre los países de desarrollo humano alto, por encima de bastantes países de América Latina como Mexico, Brasil, Colombia, Venezuela, Perú y casi toda CentroAmérica. En los datos que se refieren a salud y educación tiene índices parecidos a los de países más desarrollados, con una de las cifras más altas de médicos: 590 por 100.000 habitantes (USA: 550, España: 320, Suecia: 305).
De hecho, Cuba exporta sus servicios médicos a muchos países de África y América, especialmente a Venezuela donde hay 10.000 médicos cubanos trabajando en la misión Barrio Adentro, que lleva la sanidad pública a lugares pobres desasistidos hasta ahora, y lleva a cabo un plan de operaciones oftalmológicas para centenares de miles de personas pobres y ancianos de LatinoAmérica, aquejados de cataratas. Un enorme esfuerzo solo viable por los bajísimos salarios de los médicos cubanos, acostumbrados a vivir en situaciones de penuria y austeridad extremas.
Cómo los cubanos son capaces de sobrevivir con ínfimos salarios de unos 250 pesos al mes (unos 10 euros, al cambio de mercado) es otro misterio. Sobre esto y otras cosas, escribí "Mis impresiones de Cuba" después de mi estancia en La Habana en el año 2000. Ya entonces observé que el sistema de precios subvencionados por el Estado producía evidentes ineficiencias, especialmente en la utilización de la energía (aire acondicionado, gasoil o gasolina, etc.). Ahora, el Comandante parece haber caído en la cuenta de ello y promueve una inusitada campaña contra el derroche energético y contra el robo de los empleados de los servicios de distribución de los derivados del petróleo. Algo que puede ahorrar a Cuba más de 1.500 millones de dólares (según el discurso de Fidel en la Universidad de La Habana), que bien podrían emplearse en duplicar o triplicar los salarios actuales.
No creo que se haga.

sábado, diciembre 10, 2005

Montreal: nuevos compromisos

La lucha contra el cambio climático ha recibido, en Montreal, un nuevo impulso con el compromiso de ampliar el acuerdo de Kyoto más allá del año 2012.
Y, de nuevo, el Gobierno de Bush se desmarca del acuerdo. Es preciso decir "el Gobierno de Bush", porque ni el ex-presidente Bill Clinton ni una gran parte de la sociedad americana opinan lo mismo. Hay ya 200 municipios norteamericanos que han tomado compromisos para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. Y, en todo caso, los EE.UU han admitido dialogar y favorecer el uso de energías limpias.
Una buena noticia es que muchos países en desarrollo también han tomado el compromiso de reducir sus emisiones de CO2. Entre ellos Cuba, que está poniendo en marcha un ambicioso plan de ahorro energético distribuyendo millones de bombillas de bajo consumo, ollas de presión, electrodomésticos eficientes y sustituyendo desde antiguos camiones soviéticos hasta centrales termoeléctricas ineficientes por otras de ciclo combinado. Este programa no solo contribuirá a la reducción de gases de efecto invernadero sino que tendrá un enorme efecto financiero por el ahorro de petróleo que se derrochaba debido a las excesivas y absurdas subvenciones de la energía.
Pero, ahora, todas las miradas están puestas en lo que hará el gigante chino cuyo fuerte crecimiento está ya produciendo un efecto relevante en la demanda de combustibles fósiles.
Otra señal de alarma es el cambio que está produciendo el calentamiento global en la corriente del golfo que transporta agua caliente hacia el norte de Europa. Ahora, se está produciendo un cambio paulatino por el cual disminuye la fuerza de esa corriente y se enfrían las costas del oceano glacial ártico .
Ya casi ningún científico pone en duda el calentamiento global y sus efectos negativos. Lo que está en discusión es la magnitud y márgen temporal de estos efectos.

jueves, diciembre 08, 2005

Liberal, un término equívoco

Pocas veces nos encontramos con términos que presenten significados tan diferentes, incluso contradictorios, como es el de liberal.
En el terreno económico, la idea de liberalismo no admite muchas dudas: se trata de la doctrina elaborada por el economista Adam Smith (1723-1790) en su libro "La riqueza de las naciones" que ha tenido numerosos seguidores, uno de cuyos máximos exponentes, hoy, es el Premio Nobel Milton Friedman.
Sin embargo, el término "liberal", en EEUU, se aplica también como sinónimo de progresista o izquierdista, a aquellas personas que lucharon por los derechos civiles, contrarios a las guerras de Vietnam o Iraq, que apoyan una Sanidad Pública y también a los que configuran la rama más izquierdista del partido Demócrata. Ejemplos de este tipo de "liberales" son Michael Moore o Hillary Clinton. Todo lo contrario de lo que significan otros políticos, que en Europa conocemos como liberales, como fueron Ronald Reagan o Margaret Thatcher, por no hablar de Pinochet. Es decir, la derecha más conservadora.
En la España del siglo XIX, los liberales también presentaban connotaciones políticas que hoy calificaríamos como progresistas o izquierdistas: contrarios al absolutismo, partidarios del estado laico y de la instrucción pública; seguidores de los principios de la Revolución Francesa, o sea la libertad, la igualdad y la fraternidad.
No parece probable que el General Torrijos y sus 50 compañeros, fusilados por la monarquía absolutista en las playas de Málaga, conociesen la doctrina liberal de Adam Smith.
En el siglo XX se puede decir que son los republicanos, con la izquierda a la cabeza, quienes recogen el legado de aquellos liberales luchando contra la España negra representada por el absolutismo o el centralismo, la Iglesia y más tarde por la dictadura franquista.
Después de Franco, la transición española fue el resultado de un pacto constitucional entre una derecha moderada y liberal, la izquierda y una parte de los nacionalistas. La Constitución solo fue puesta en cuestión por el nacionalismo vasco y la derecha más conservadora. Hoy, esta derecha conservadora, representada por el PP, no solo pretende apoderarse de la Constitución sino que se reclama liberal. Bienvenidos sean, si fuesen sinceros, con las ideas de libertad e igualdad o del laicismo. O si no pretendiesen inmovilizar y congelar la Constitución. Resulta sintomático que los liberales más auténticos de esta derecha sean vistos con sospecha, como es el caso de Ruiz Gallardón, cuando no atacados con virulencia como ocurre con unos de los padres de la Constitución: Miguel Herrero de Miñón. Y también que los principales voceros de este supuesto liberalismo sean personajes como Jiménez Losantos, director de La Mañana de la COPE y de Libertad Digital, verdaderos especialistas en las artes de la manipulación mediática y la crispación política.

domingo, diciembre 04, 2005

Sociedad de consumo irracional

Las llamadas sociedades de consumo están formadas por más de un 80% de consumidores que gastan más de 20 € diarios por persona. En los países no desarrollados estos consumidores no representan ni el 17% de su población que, en su mayor parte, dispone de menos de 2 € diarios. Son los pobres, que totalizan unos 2.800 millones en el planeta. En los países desarrollados también existen pobres, o no consumidores, que representan cerca del 10% de su población. Pero no todas las sociedades de consumo son iguales, las más antíguas presentan algunos atisbos de racionalidad y tratan de lograr ciertas cotas de sostenibilidad ambiental. Es el caso de las sociedades nor-europeas. Pero otras como la española, sociedades de nuevos ricos, presentan unos niveles de irracionalidad que pueden afectar irremisiblemente la consecución de un futuro sostenible y de más calidad.

Permítame el lector (si lo hubiere) que me arriesgue a una definición innovadora de este tipo de sociedad:

Una sociedad de consumo irracional es aquella en la que, si se adoptasen medidas eficaces para evitar esa irracionalidad y lograr una mayor calidad de vida compatible con una mayor sostenibilidad ambiental, se produciría una crísis económica y social de consecuencias imprevisibles.

Veamos algunos ejemplos:

Uso del automóvil: La utilización abusiva de los automóviles en ciudades, no adaptadas a este uso, está produciendo una congestión y contaminación que podría corregirse con una penalización de su uso y la mayor promoción del transporte público y de la bicicleta. También en las carreteras sería bueno sustituir transporte individual por colectivo. Las medidas incluirían fuertes aumentos del impuesto de hidrocarburos para el automóvil particular y otras penalizaciones como la limitación eficaz de la velocidad.
Las consecuencias económicas serían la caída de las ventas de coches con fuertes reducciones de plantillas y cierres de empresas ligadas al sector.

Racionalización de los medicamentos: Es sabido que, en España, el gasto público en medicamentos es del 25% del gasto sanitario público mientras que los países europeos más racionales tienen un gasto de medicamentos del 10-12% sobre el total. Unas medidas eficaces para el uso racional de medicamentos, que implica la masiva utilización de genéricos así como una prescripción más racional de los mismos, podría lograr reducir a la mitad el gasto público de medicamentos. Esta situación significaría el cierre de muchas empresas farmaceúticas y un conflicto generalizado con las farmacias, ¿alguien se atreve?

Construcción de viviendas: Uno de los factores más importantes del crecimiento de la economía española de los últimos 10 años se debe a la construcción de viviendas: en España se construyen tantas viviendas como en todo el resto de Europa junto. Sin embargo, tenemos más de 2,5 millones de viviendas vacías. Una política decidida y eficaz para lanzar al mercado de alquiler más de un millón de viviendas, que incluyese una fuerte penalización fiscal de las viviendas vacías y un apoyo decidido a los arrendadores de viviendas, supondría un brusco frenazo a la burbuja inmobiliaria con los consiguientes efectos económicos de reducción del crecimiento y aumento del desempleo en el sector de la construcción.

Libros de textos: Una de las irracionalidades más evidentes que se dan en nuestro país es la de la variedad y corta duración de los libros de texto en la enseñanza primaria y secundaria. Si una comisión de expertos educadores eligiese unos textos-tipo para implantar en la escuela pública (tanto en el ámbito estatal como el autonómico), los editase y comprase en subasta pública y les garantizase una duración de, por lo menos, 5 años, el ahorro sería considerable, pero también serían considerables los efectos negativos en las editoriales y librerías. De nuevo, ¿quien se atreve?

Así podríamos hablar de reciclados obligatorios, de medidas para favorecer la duración de equipos informáticos y electrodomésticos, de mayor utilización del suelo en parques y usos públicos, de la TV basura, la integración de los emigrantes, la reducción de la drogadicción y la marginación, etc.

Se puede decir que la situación de irracionalidad a la que hemos llegado está tan bien asentada, en nuestros usos y costumbres, que cualquier movimiento serio y decidido hacia la racionalidad y el sentido común traería, inevitablemente y a corto plazo, consecuencias que podríamos calificar de crisis económica y social grave.

¿Nos tendremos que conformar con esta situación de irracionalidad generalizada en nuestra vida? Sin embargo, hay algo muy difícil de lograr pero que podría hacerse, no solo sin traumas económicos sino con enormes beneficios, que sería una racionalización de las Administraciones Públicas basada en la coordinación entre instituciones con el objetivo de evitar trámites al ciudadano: una especie de "ventanilla única" real. Algo que siempre se ha dicho que se iba a hacer, pero nunca se ha hecho. ¿Estaremos condenados a una irracionalidad perpetua en nuestro país?

viernes, diciembre 02, 2005

¿Puede haber sabios hoy?

Sin duda, todos reconocemos la existencia de auténticos sabios en la Historia de la humanidad y podemos enumerar algunos. A mí me vienen a la mente: Tales de Mileto, Pitágoras, Séneca, Sócrates, Platón, Aristóteles, Arquímedes,.... todos de la antigüedad griega o romana. Y algunos orientales como Confucio. La Edad Media es un periódo oscurantista en el que solo el Islam o el Judaísmo presentan algunos matemáticos y científicos ilustres. En el renacimiento, se dieron inventores y científicos como Leonardo da Vinci, Galileo, Copérnico o, ya en el siglo XVII, Newton. Los siglos XVIII y XIX están plagados de científicos y filósofos relevantes, pero ¿cuales de ellos podrían considerarse verdaderos sabios?

Para que un personaje genial pueda devenir en un "sabio" tendrían que cumplirse, cuando menos, dos condiciones:
a) Que tenga un buen conocimiento de la mayor parte de la sabiduría acumulada en su época.
b) Que disponga de la tranquilidad y el suficiente tiempo libre como para pensar y reflexionar sobre esos conocimientos de forma que pueda ser capaz de descubrir otros nuevos a añadir a los ya sabidos.

En nuestra época ocurre que los conocimientos acumulados son tantos y tan variados que difícilmente puede alguien llegar a dominar más de un pequeño porcentaje de dichos conocimientos. Y, además, el tipo de vida predominante hace muy difícil encontrar muchas personas con el tiempo y la tranquilidad necesarias para realizar innovaciones profundas.

Quizás no se pueda hablar de auténticos sabios del siglo XX, pero sí de personajes innovadores como Einstein, Planck o Heisenberg que han revolucionado las ciencias físicas y químicas o filósofos y matemáticos excepcionales como Bertrand Russell. En España, el último personaje que podría llamarse "sabio" pudiera ser el filósofo y pensador Ortega y Gasset.

Y, en el siglo XXI, difícilmente encontraremos a alguien a quien poder catalogar como un auténtico sabio.