Ya ni los ricos son como los de antes. Los antiguos ricos -incluyendo los institucionales y eclesiásticos- nos han dejado muchas cosas, sobre todo excelentes parques y jardines. Probablemente no pensaron en nuestro disfrute, pero si no fuese por ellos nuestras ciudades serían tristes conglomerados de construcciones de ladrillo y cemento. Al menos en la ciudad donde vivo: Málaga. Desde mi terracita solo diviso una zona verde cercana bastante extensa; es un antiguo colegio de monjas con una buena cantidad de árboles grandes y palmeras altas. Probablemente, donación de algún rico antíguo. Cerca de Málaga hay un inmenso jardín botánico, la Concepción, creado en el siglo XIX por un industrial metalúrgico anglovasco -Jorge Loring Oyarzábal- que contiene más de 5.000 plantas de 500 especies tropicales y subtropicales. El jardín constituía una finca de recreo de este rico hacendado y pasó a titularidad pública en 1990.
Más lejos, en Churriana, está la antigua residencia episcopal El Retiro convertida, ahora, en un magnífico parque ornitológico con más de 350 especies de pájaros exóticos. Tiene una extensión de 140.000 m2 y fue declarado Monumento Nacional en 1984.
Si nos vamos a Madrid y alrededores, encontramos parques y jardines, herencia de algunos Reyes (entre ellos, un Rey moderno como Carlos III) en el Jardín del Buen Retiro, el Jardín Botánico, los jardines de Sabattini, San Ildefonso de La Granja, el Real Sitio de Aranjuez....
En Francia, la herencia real en parques y jardines es muy visible, especialmente en Paris: les Tuileries, le Bois de Boulogne....
Pero donde la herencia imperial es más evidente, y de una riqueza más esplendorosa, es en Rusia. Las riquezas de los zares dejan pequeñas a todas las del resto de Europa juntas. En los años 70 visité San Petersburgo (entonces Leningrado) y viajé -en barco de colchón de aire- a una isla cercana donde estaba el Palacio de Verano de los zares, con sus cúpulas chapadas en oro, en medio de un inmenso parque arbolado que era visitado por miles de leningradeses todos los días. La rusita que me acompañaba -una chica absolutamente apolítica- me dijo con evidente satisfacción: "todo esto era antes solo de los zares, pero Lenin nos lo devolvió al pueblo".
Hoy, la mansión de Bill Gates -seguramente el hombre más rico del mundo- no parece que tenga aspecto de que vaya a ser disfrutada por las generaciones futuras. La llaman "ecology house" pero su particularidad reside en la tecnología. Todo lo más, podría servir, en el futuro, de Palacio de Exposiciones y Congresos.
Los ricos ya no son lo que eran.
Más lejos, en Churriana, está la antigua residencia episcopal El Retiro convertida, ahora, en un magnífico parque ornitológico con más de 350 especies de pájaros exóticos. Tiene una extensión de 140.000 m2 y fue declarado Monumento Nacional en 1984.
Si nos vamos a Madrid y alrededores, encontramos parques y jardines, herencia de algunos Reyes (entre ellos, un Rey moderno como Carlos III) en el Jardín del Buen Retiro, el Jardín Botánico, los jardines de Sabattini, San Ildefonso de La Granja, el Real Sitio de Aranjuez....
En Francia, la herencia real en parques y jardines es muy visible, especialmente en Paris: les Tuileries, le Bois de Boulogne....
Pero donde la herencia imperial es más evidente, y de una riqueza más esplendorosa, es en Rusia. Las riquezas de los zares dejan pequeñas a todas las del resto de Europa juntas. En los años 70 visité San Petersburgo (entonces Leningrado) y viajé -en barco de colchón de aire- a una isla cercana donde estaba el Palacio de Verano de los zares, con sus cúpulas chapadas en oro, en medio de un inmenso parque arbolado que era visitado por miles de leningradeses todos los días. La rusita que me acompañaba -una chica absolutamente apolítica- me dijo con evidente satisfacción: "todo esto era antes solo de los zares, pero Lenin nos lo devolvió al pueblo".
Hoy, la mansión de Bill Gates -seguramente el hombre más rico del mundo- no parece que tenga aspecto de que vaya a ser disfrutada por las generaciones futuras. La llaman "ecology house" pero su particularidad reside en la tecnología. Todo lo más, podría servir, en el futuro, de Palacio de Exposiciones y Congresos.
Los ricos ya no son lo que eran.