domingo, julio 30, 2006

Fabricando enemigos


Aún tratando de ponerme en su pellejo, no consigo entender la política exterior y militar de los EE.UU y de Israel. Asumiendo que tenemos algún enemigo común, es decir el islamismo fanático y terrorista, no comprendo el que cada nueva acción diplomática y, especialmente, militar les lleve a crearse nuevos enemigos o a reforzar a los que ya tienen.
Un ejemplo de esto ha sido la guerra de Irak. Es cierto que Sadam era un dictador sanguinario, pero era también un freno a la expansión del fanatismo islamista y de los chiies aliados de los ayatolás iranies. Y no parecía que llegase a ser un aliado de Al Qaeda, ni un peligro para Israel. Se decía que esa guerra iba a durar solo unos meses y que iba a ser la solución para el conflicto israelo-palestino para lo que se había establecido hasta una Hoja de Ruta (de la cual nunca más se supo). Y hasta una ministra del Gobierno del PP, de cuyo nombre no quiero acordarme, nos había asegurado que uno de los efectos beneficiosos de la guerra iba a ser el abaratamiento de la gasolina para nuestros coches (no se sabe si había consultado a Rappel) con el resultado que todos hemos podido experimentar en nuestros propios bolsillos.
Sin embargo, lo que ahora tenemos es un ejército USA, empantanado en una guerra sin final (con un coste muchas veces superior a toda la ayuda occidental al desarrollo), una insurgencia cada vez más sanguinaria con un campo de entrenamiento para terroristas de Al Qaeda que, en absoluto, hubiese podido existir anteriormente y un mayor poder para los chiies amigos de Irán. Y multitud de nuevos enemigos entre los países árabes e islámicos.
En el caso del conflicto con Israel, la situación ha evolucionado hacia un mayor poder de las milicias radicales de Hamás y un debilitamiento de las posiciones más moderadas que podrían haber llegado a acuerdos de paz duraderos. Ante la provocación de las milicias libanesas de Hezbolá, secuestrando a unos soldados, Israel responde no tanto con el intento de destrucción selectiva de esas milicias, algo harto difícil, sino con la destrucción indiscriminada de objetivos civiles (incluida una instalación de la ONU) con numerosos muertos entre mujeres y niños.
Durante unos días, en los medios españoles se han multiplicado las declaraciones y artículos en favor del "derecho a la defensa" de Israel y ridiculizando a los que, como nuestro Gobierno, pedían un alto el fuego inmediato. Ha bastado un nuevo y brutal ataque a un edificio repleto de niños para que los mismos que antes tachaban de "paletos" a los que no aplaudían incondicionalmente las posiciones de Bush y de la señora "Arroz", se apresuren ahora a "exigir" el inmediato alto el fuego.
En Beirut, una multitud indignada ataca oficinas de la ONU, por su pasividad, y se manifiesta con pancartas del tipo "Todos somos Hezbolá". De nuevo, los que eran solo una minoría -aunque poderosa- en el Líbano, se ve reforzada por el pueblo llano y se crean nuevos "enemigos de Occidente".
Digámoslo claramente: la política militarista y suicida de Bush e Israel está llevando a Occidente a una situación de muy difícil salida.
En lo que puede ser el último decenio de mi vida, vislumbro dos grandes amenazas para el mundo: una la de un conflicto armado entre el islamismo radical y Occidente con la posibilidad, no descartable, del uso de armamento nuclear; otra la de un colapso medioambiental provocado por la continuación de políticas económicas no sostenibles.
Creo que ambas amenazas solo podrán superarse mediante un cambio radical de las políticas de Occidente hacia el resto del mundo, cambiando militarismo por diplomacia, prepotencia por multilateralismo, egoismo por cooperación, crecimiento sin límites por desarrollo sostenible, autoritarismo por democracia..
En suma, Occidente debería poner en práctica los valores democráticos y solidarios que dice tener y, poco a poco, ganar la confianza de los pueblos, debilitando así a los fanatismos extremistas. El camino que siguen los EE.UU de Bush es justamente lo contrario y no podemos extrañarnos que, cada vez, Occidente cuente con más enemigos y que los fanatismos vayan ganando terreno.
¡Mal asunto!

martes, julio 25, 2006

Horror vacui


El concepto de "horror vacui" viene de la antigüedad y tiene significados muy diversos. En la filosofía es el miedo al vacío, el horror a la nada, o sea al nihilismo, porque implica la falta de principios o de fundamentos, algo que las religiones y filosofía clásica no querían admitir. En cambio, desde Newton o Torricelli, la física considera el vacío como parte fundamental del Universo.
Desde un punto de vista psicológico, el horror vacui significa la necesidad de llenar la vida con cosas, ideas, pensamientos... En el Arte, el horror vacui se manifestó, especialmente en el barroquismo, por la necesidad de llenar los espacios de los cuadros, los salones y los edificios. Solamente en el siglo XX aparecen obras de arte en el que el vacío juega un papel fundamental.
El vacío es, también, un elemento fundamental en algunas filosofías orientales como el taoismo o el budismo zen: el vacío, la nada es la base del todo. Y, también, el vacío juega un papel clave en el misticismo cristiano.
En otro orden de cosas, más superficial y cotidiano, el horror vacui se manifiesta más en las culturas mediterráneas que en las nórdicas. En la cultura mediterránea hay una tendencia a la aglomeración, a huir de la soledad y el vacío. Si observamos una playa, vemos que la gente tiende a concentrarse donde hay más gente y no siempre a buscar espacios muy vacíos. A veces me pregunto si la tendencia de la gente a entrar en bares más concurridos, evitando los más vacíos, no será más consecuencia del horror vacui que de la desconfianza en el servicio que pueda generar una falta de clientela.
Por otra parte, el urbanismo meridional, al contrario que el nórdico, tiende a la aglomeración y no a la dispersión. Se evita la soledad, el aislacionismo y hasta el silencio, algo apreciado en el Norte y aborrecido en el Sur. Nuestro país presenta un lleno en la periferia y en el centro, y un gran vacío en el resto. ¿Horror vacui?
Las formas de evitar el horror vacui son muy variadas. Cuando era estudiante, un compañero, que era hijo único, no soportaba estar en soledad ni una hora; hasta para estudiar necesitaba compañía. Algo incomprensible para mí; quizás porque vengo de una familia numerosa, la soledad constituye un valor muy apreciado por mí. El consumismo compulsivo parece ser también una forma de llenar el vacío del alma. Alguien con horror vacui, por mucho dinero que tenga, se lo gastará irremisiblemente. Conozco una señora de más de 80 años que necesita compulsivamente comprar y vender pisos (que no le harían falta para nada), sospecho que para evitar el vacío de su propio espíritu.
¿No será también una manera de escapar del horror vacui el que yo escriba este weblog?

miércoles, julio 19, 2006

Extralimitación y Sostenibilidad


Los autores del libro "Los límites del crecimiento: 30 años después" introducen el concepto de sostenibilidad en oposición al de extralimitación que era el concepto característico de las anteriores ediciones del libro principal "The limits to growth". Estos autores elevan la "sostenibilidad" al rango de una nueva revolución del tipo de las dos grandes revoluciones globales de la humanidad: la neolítica, iniciada hace más de 10.000 años, que transformó la base del sistema productivo de la recolección y la caza al asentamiento agrícola, lo que dió lugar a grandes civilizaciones y permitió pasar de una población mundial de 10 millones a otra cercana a los 800 millones, y la industrial, que pasó de la utilización de una energía viva (de animales y plantas) a la energía del carbono con la utilización masiva de las máquinas. Esta gran revolución, iniciada en el siglo XVIII en Inglaterra, ha permitido llegar a los 6.000 millones de habitantes actuales del mundo pero está dando ya señales de agotamiento por la "extralimitación" de los recursos renovables y no renovables del planeta.
La idea original de la "sostenibilidad" como una nueva revolución global, necesaria para la supervivencia de la humanidad a largo plazo, es muy reciente y tiene tantos detractores como acérrimos partidarios. Independientemente de que se considere, o no, como una nueva revolución global, el concepto de "sostenibilidad" está siendo ya acogido por las más altas instituciones del mundo como queda claro en el discurso de Wolfensohn, Presidente del Banco Mundial sobre "prioridad mundial".
En el mundo, estamos teniendo ya numerosas señales de la extralimitación en la producción y consumo de recursos materiales, tanto renovables como no renovables: la creciente deforestación de grandes bosques, auténticos pulmones del planeta, junto a inquietantes ejemplos de desertificación y escasez de agua potable; agotamiento de grandes bancos de pesca y reducción de la biodiversidad; incremento de los incendios; mayor incidencia de las catástrofes naturales como tsunamis y tifones; aumento de la contaminación en las grandes ciudades.... Sin embargo, de momento son problemas que la mayor parte de la gente contempla como algo que sucede a "otros" y no a "nosotros". Solo cuando las catástrofes amenacen a la mayor parte de la población mundial, la sociedad tomará conciencia de la necesidad de un cambio hacia la sostenibilidad. Un cambio que implicará cambios drásticos en nuestro comportamiento medioambiental y en nuestras formas de consumo: reciclado y reutilización de materiales, ahorro energético, utilización de bicicletas en las ciudades, preferencia por el transporte publico y urbanización con amplias zonas verdes. Una auténtica revolución social.
Los países en desarrollo no podrán imitar las pautas actuales del mundo desarrollado y los países desarrollados tendrán que cambiar sustancialmente sus pautas de consumo por otras de mayor austeridad material.
En estos momentos, la huella ecológica mundial ya excede de la capacidad de carga del planeta, en unas zonas más que en otras, mucho más en los países más desarrollados. La sostenibilidad se logrará cuando se consiga reducir la huella ecológica a los límites de la capacidad de carga de nuestro planeta. Algo imposible de conseguir a corto plazo. Nuestra supervivencia a largo plazo, sin que la humanidad sufra un gran colapso (previsiblemente, entre 2020 y 2050), depende de que la revolución de la sostenibilidad tenga éxito.


domingo, julio 16, 2006

¿Por fin I+D+i?


No es la primera vez que me refiero al retraso tecnológico y científico español con respecto a la mayoría de los países europeos (excepto Grecia y Portugal) lo que constituye la principal explicación de la baja productividad y competitividad de nuestra economía. Los últimos 10 años han sido de una casi completa inoperancia en el avance tecnológico de nuestro país. Y no solo por el bajo gasto en I+D+i, que no llegaba al 1% del PIB, sino, sobre todo, por la baja participación de las empresas en ese gasto (~45%) y el bajísimo número de patentes internacionales, por millón de habitantes, de España. Mientras que países nórdicos, como Suecia o Finlandia, se acercan a las 100 patentes internacionales por millón de habitantes nuestro país presenta una cifra no superior a 5 (el número total de patentes solicitadas es mucho mayor).

Hay algunas señales de que las cosas están cambiando. Los presupuestos del Estado para I+D han aumentado un 30% anual en los dos últimos años y el programa Ingenio 2010 parece que está siendo tomado en serio. Es natural que los españoles nos tomemos con escepticismo cualquier programa tecnológico del Gobierno. Durante décadas, los distintos gobiernos han elaborado programas de I+D con la pretensión de arreglar el problema. Todos han fracasado e incluso, durante los 8 años de gobierno de la derecha, los tímidos avances conseguidos se han estancado.

El programa Ingenio 2010 tiene algunas características que merecen una mayor atención. El programa se divide en 3 Planes principales: CENIT, CONSOLIDER y AVANZ@. Los proyectos CENIT tienen características muy distintas de los tradicionales. Mientras que antes, los proyectos de I+D eran de corto plazo y cuantía limitada, y generalmente de carácter individual, los proyectos CENIT son acuerdos de colaboración a largo plazo en los que participan, al menos, 4 empresas (2 de ellas Pymes) y dos entidades de investigación. Son macroproyectos con un presupuesto mínimo de 5 millones de euros anuales (de 10 a 20 millones por proyecto) y una financiación mínima privada del 50%. Se trata de un modelo de gestión de proyectos ya experimentado con éxito en otros países de la OCDE.

El plan CONSOLIDER implica actuaciones para lograr la consolidación de grandes grupos de investigación que puedan acometer proyectos de largo alcance y calidad.

Finalmente, el plan AVANZ@ trata de lograr la convergencia con la UE en la Sociedad de la Información, dado nuestro actual fuerte retraso. Actualmente solo el 36% de las empresas pequeñas tienen conexión a Internet, pero lo más grave es que solo el 8% de nuestras empresas utilizan el comercio electrónico, frente al 35% de la media de la UE-15 o al 70% de Suecia o Finlandia.

Los objetivos del programa Ingenio 2010 son ambiciosos: para el año 2010, gasto del 2% PIB en I+D+i con un 55% de contribución privada. Si bien no llegan a los establecidos en Lisboa para la media de la UE-25 (3% PIB con 66% de contribución privada), suponen duplicar nuestra capacidad científica y tecnológica actual.

¿Será este un Plan fallido más o veremos una recuperación tecnológica de nuestro país? En unos pocos años lo sabremos. Y también, pocos años después, los resultados en nuestra economía.

jueves, julio 06, 2006

Hace 50 años


El 6 de Julio de 1956, hace 50 años, llegué a un campo de trabajo, de estudiantes voluntarios de unos 10 países diferentes, en el Oeste de Laponia. La organización finlandesa responsable del campo tenía el nombre más largo que había visto nunca: KansanvalinenVapaehtoinenTyöleirijärjestö. Afortunadamente, conocida también por sus siglas: KVT. La traducción, de atrás adelante, era: Organización de campos de trabajo voluntarios internacionales.
¿Cómo y porqué un españolito de aquella oscura época franquista había llegado hasta allí? La razón era que, otro compañero de la ETSII y yo, habíamos planeado salir de España al lugar más lejano y extraño al que pudieramos acceder. El método fue fácil, una simple carta a la KVT que nos fue contestada de inmediato, y de manera entusiasta, por la Organización. ¡Nunca habían tenido españoles en los campos! Y, desde luego, nos asignaron a campos distintos para que todos pudieran disfrutar de nuestra presencia. ¿Cómo serían esos españoles? Crueles como el Duque de Alba o inofensivos y amables. Resultamos muy amables, y hasta tiernos. El otro compañero, buen cantante de ópera, amenizaba con su poderosa voz la paz del campo al que se había asignado. La filosofía de los campos era pacifista y promovía la amistad y la cooperación entre los pueblos. Las canciones de los diferentes países eran algo cotidiano, desde que nos levantamos y cantamos en corro, cogidos de la mano, algo así como "Toi qui fais de nos miseres..." Había canciones israelies, alemanas, americanas, irlandesas, francesas, australianas (Waltzing Matilda)... Las españolas o latinas eran algunas como "De la sierra morena -cielito lindo- vienen bajando, un par de ojitos negros -cielito lindo- de contrabando..." Yo desentonaba al cantar, pero como teníamos un librito con la música y la letra, los demás lograban una buena entonación.






















El objetivo del campo era ayudar a los colonos, provinientes de zonas anexionadas por la URSS, a los que el Estado había donado tierras para su roturación y conversión en granjas. Nosotros ayudábamos en tareas de roturación y construcción. Las chicas preferían pintar las fachadas. El idioma común del campo era el inglés y la comunicación con los granjeros finlandeses se hacía mediante la traducción simultánea a cargo de los finlandeses, o mejor sería decir de las finlandesas, entre ellas mi actual pareja, Marjatta, que siempre se las arreglaba para buscarse trabajos de pintura.
Aquellos granjeros eran tan eficientes que nuestra ayuda era, más bien moral. Un golpe de azada de un granjero finlandés era a equivalente a 5 de los míos. No obstante, nos agradecían mucho nuestra presencia y nuestra compañía. Las amas de casa nos preparaban unos excelentes horneados de bollerías caseras para el extenso y ameno "coffee break".
Lo más destacable, para mí, era el espíritu de cooperación y solidaridad entre los granjeros. Y su capacidad de comunicarse para resolver problemas, aunque se encontraran a kilómetros unos de otros. Un día se desató un incendio en uno de los bosques y, al poco tiempo, la zona se había llenado de personas que venían con herramientas y cubos para hacer cortafuegos y atajar el incendio. ¿Cómo se habían comunicado? Seguramente por radio. Hoy día en estas zonas despobladas, el uso de los teléfonos celulares es absolutamente imprescindible.
Para entretenerse en las largas y frías noches de invierno, los finlandeses leen muchísimo. Ante un extranjero, les gusta buscar en sus Atlas los lugares de origen del visitante. Y su curiosidad es insaciable. Hay que contestar a toda clase de preguntas. Las histórias del Sur les parecen fascinantes. He visto en algunas casas rurales, colecciones de novelas de ambiente californiano como "El Coyote" (un personaje parecido al conocido Zorro) del español J.Mallorquí, traducidas al finlandés.

Si tuviese que destacar algo singular de nuestro campo, además de lo dicho sobre los granjeros, diría que fue el espíritu de amistad sincera y de colaboración entre los campistas. Quizás Marjatta no esté de acuerdo, ya que reiteradamente me recuerda cómo la dejé sola en uno de los turnos de lavado de platos que debía compartir con ella. Parece que me distraje en una animada conversación con la responsable del campo.
En todo caso, tengo un recuerdo imborrable de cómo, a cada despedida del campo las chicas lloraban desconsoladamente. Algo que no había visto nunca. Y recuerdo que pude dar un toque de humor, involuntario, al respecto. Estabamos esperando la salida de algunas personas, yo había salido a la puerta y otros, impacientes, me decían "what happens?, it's already late" Y yo, muy serio, miré el reloj y dije: Please, waite. They "must" still cry some minutes. Debió ser un toque de humor porque todo el campo estalló en risotadas.

sábado, julio 01, 2006

30 años después


El primer artículo que escribí en este weblog se titulaba "Los límites del crecimiento" en referencia al libro de Meadows y otros, publicado en 1972 en un informe al Club de Roma: The limits to growth (TLG). Ahora, después de 30 años, los mismos autores, Donella & Dennis Meadows y Jorgen Randers, han escrito una actualización con el título de "Limits to Growth: the 30-year update". Los autores insisten en que su libro no trataba de predecir el futuro sino de hacer distintas proyecciones sobre el estado del planeta y sus recursos de acuerdo con diversas hipótesis. Lo significativo del libro era que esas proyecciones daban, en casi todos los casos, una situación de crisis, incluso de colapso, en un periodo de menos de 100 años.
Las proyecciones se hacían sobre un modelo informatizado del mundo sobre variables como la población, el consumo de recursos no renovables, las producciones industriales y agrarias y otros datos relevantes para explicar el futuro.
La actualización de los datos demuestra que las proyecciones han sido sorprendentemente exactas para las principales variables:
La población, que en 1965 era de 3.300 millones, se proyecta en una curva exponencial que daba la cifra de 6.000 millones de habitantes en 2.000. La cifra real ha sido de 6.060 millones.
La concentración de CO2 en la atmósfera, principal responsable del efecto invernadero y del calentamiento global, crecia también exponencialmente y se proyectaba hasta las 380 partes por millón en 2000; la cifra real ha sido de 370.

Las fechas para una crisis planetarias siguen vigentes en esta actualización. Incluso puede que estén más próximas. Si los ritmos de crecimiento y consumo material continúan como ahora, probablemente veremos los efectos negativos hacia el 2010-2020 y el inicio del colapso global podrían situarse hacia los años 2030-2050. Algunos autores, como Al Gore (ex-candidato a la presidencia de los EE.UU) o Lovelock, sitúan el punto de "no retorno" para dentro de 10 años.

La principal diferencia con los años 70 es que, entonces, la conciencia ecológica mundial era casi inexistente. Igual que me pasó a mí, millones de personas que leyeron aquel libro empezaron a interesarse por el destino del planeta como hogar de la humanidad. Y, hoy, se puede decir que existe una importante conciencia pública de los problemas globales que llevaron a limitar algunas emisiones, como los CFC que dañaban la capa de ozono, y el protocolo de Kioto para la limitación de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Sin embargo, estas actuaciones son insuficientes frente al crecimiento desmesurado del consumo material en el mundo. Un consumo que ya está sobrepasando la capacidad de carga del planeta.

Una novedad de la actualización de TLG es la introducción del concepto de "huella ecológica", de Mathis Wackernagel, que ahora ya sobrepasa la capacidad de carga del planeta en más del 20% (en casi todos los países desarrollados bastante más). Esa extralimitación de la capacidad de carga es insostenible. Muchos datos lo confirman: el agotamiento de acuíferos, la reducción implacable de superficies boscosas, el agotamiento de muchos bancos de pesca y la tendencia al fin del crecimiento de la producción de petróleo crudo.
Si alguien lee este artículo, quiero recomendarle encarecidamente la lectura de este libro extraordinario: "Los límites del crecimiento. 30 años después". Justamente, lo contrario que hacen instancias conservadoras, neo-cons, que sostienen ideologías próximas al presidente Bush. Por ejemplo, como era esperable, la crítica de Libertad Digital. Son los enemigos de los cambios para lograr la sostenibilidad del mundo, cambios que son avalados hoy por la gran mayoría de la comunidad científica y rechazados por políticos que se guían por sus propios intereses antes que los de los ciudadanos a los que deberían representar. Por cierto, ¿qué hubiera pasado con el protocolo de Kyoto y con la conciencia medioambiental si Al Gore hubiese ganado la Presidencia de los EE.UU (para la que consiguió más votos que Bush)? Seguramente, no hubiésemos tenido la guerra de Irak, y, quizás, el PP se mantendría en el poder en España.

Los autores de TLG tienen prevista otra actualización del libro en su 40 aniversario: en 2012. Entonces ya estarán más claras las tendencias a las que el mundo se dirige y habrá ya pocas dudas sobre lo que conviene hacer. Quizás sea demasiado tarde.