domingo, septiembre 17, 2006

Todo bacterias


No está descartado el que, en un futuro no muy lejano, se puedan dar circunstancias que produzcan una extinción masiva de especies tales como la especie humana, mamíferos, pájaros y otras especies terrestres o marítimas. La causa puede ser debida al choque con la Tierra de un gran asteroide, un cambio climático brusco o un conflicto atómico generalizado. Pero no será el fin de nuestro planeta, que subsistirá unos mil millones de años más hasta ser engullido por el sol convertido en estrella gigante roja y ni siquiera será el fin de la vida en la Tierra ya que, cuando menos, seguirían existiendo bacterias.

Sin duda las bacterias son los organismos vivos más abundantes del planeta. Dado que son microscópicas, por lo que no se ven a simple vista, no nos percatamos de su omnímoda presencia. Por cada cm2 de nuestra piel puede haber unas 100.000 bacterias dedicadas a comerse las escamas que se desprenden contínuamente de esa piel. Habitando en nuestro cuerpo hay cientos de billones de bacterias; muchas más que la cantidad de células que componen nuestro organismo.

Las bacterias tienen mala prensa. Muchos productos de limpieza se anuncian como "antibacterias". Sin embargo, solo un 1% de las bacterias que hay en el mundo son dañinas para nosotros. La mayoría suponen tales beneficios que nos sería imposible sobrevivir unos pocos días sin ellas. De hecho, las bacterias son fundamentales para hacer la digestión de los alimentos y para otras funciones vitales. Además, son absolutamente necesarias para la fertilización de la tierra. Sin bacterias, la tierra se convertiría en un desierto estéril.

Lo que hace posible que alguna vida bacteriana sobreviva a una catástrofe, que acabase con gran parte de la vida en el planeta, es el hecho de que se conocen bacterias que pueden vivir en las condiciones más dispares. Se han encontrado bacterias en el agua helada y en geiseres de agua hirviendo; en el interior de las rocas y a más de 10 km. de profundidad en el Oceano Pacífico. Hay bacterias (aerobias) que viven en el aire y otras (anaerobias) que viven en medios sin aire.

Las bacterias están por todas partes. Aprendamos a apreciarlas.


domingo, septiembre 03, 2006

¿Catastrofismo medioambiental?


Aunque sean cada vez menos, hay bastantes personalidades (políticos y voceros neo-cons, periodistas y escritores, hombres de negocios, gente corriente y unos pocos científicos) que tachan de catastrofistas o alarmistas a los ecologistas y científicos medioambientales que advierten de las consecuencias del cambio climático provocado fundamentalmente por el aumento del CO2, y otros gases de efecto invernadero, que se emiten a la atmósfera a causa de las actividades humanas de transporte y consumo, fuertemente crecientes. Actividades que también tienen un fuerte impacto en la degradación o agotamiento de muchos recursos esenciales del planeta como es el agua dulce y los recursos no renovables.
En mi artículo "30 años después" me refería a la sorprendente crítica de Libertad Digital al libro "Los límites del crecimiento: 30 años después". Además de hacer algunas afirmaciones falsas y tergiversar lo que los autores realmente dicen, mencionan esta increible frase:
<No hay colegio, libro de naturaleza ("conocimiento del medio", dicen ahora) ni profesor progre que no eduque a los más pequeños y menos avisados alumnos bajo esta premisa ecoalarmista.>
Lamentablemente no me parece que esta afirmación sea cierta pero, en todo caso, quienes la dicen lo hacen en un tono peyorativo ya que, para estos sujetos, los ecologistas son los malos de la película. Lo mismo que ocurre con la novela de Michael Crichton "State of Fear" en los que un grupo "ecoterrorista" generan artificialmente una serie de "desastres naturales" para conseguir que los Gobiernos adopten medidas de control de los gases de efecto invernadero. Algo que Crichton considera innecesario basandose en las lógicas dudas científicas sobre las causas de los cambios climáticos.
Y es que el lenguaje de los científicos es siempre precavido y dubitativo (sobre todo en los temas de cambio climático que precisan observaciones de muchos años), al contrario que el de muchos políticos y de los antiecologistas furibundos que se permiten hacer afirmaciones tajantes sin demostrar.
Pero ya empiezan a alzarse voces de científicos, como el Presidente de la Asociación americana para el avance de las ciencias John Holdren, que afirma con toda rotundidad que el calentamiento global provocado por el hombre es un hecho que se está acelerando y que el mundo corre peligro.
Además, este científico "culpó al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no sólo por negarse a reducir las emisiones de gases contaminantes, sino por no llevar a la práctica lo que dijo en sus discursos en cuanto al desarrollo de tecnologías para abordar el problema del cambio climático". Todo un alegato del más acusado estilo ecologista militante.
Y, para los españoles, me permito recomendar fervientemente el libro "La Tierra herida" (Ediciones Destino) de Miguel Delibes (padre) y Miguel Delibes (hijo). El libro es tan apasionante y ameno que se lee facilmente en una tarde. El dúo que forman padre e hijo, uno con mucho sentido común y certeras preguntas y el otro presentando un elevado grado de conocimiento científico de los temas medioambientales, hacen que este libro constituya realmente una lectura sugerente y atractiva. Un libro, en suma, que debería ser de lectura obligada en la asignatura de Medio Ambiente de bachillerato (si es que esta asignatura existe).
Todos deberíamos ser conscientes de que podemos estar ante el problema más importante de la historia de la humanidad y que demorar las soluciones (si las hubiere), puede hacer que el problema se convierta en irreversible.