lunes, enero 29, 2007

Elend und Glanz der Übersetzung


Este texto de Ortega y Gasset, "Miseria y esplendor de la traducción", editado por Langewiesche-Brandt en dos idiomas (páginas pares en castellano e impares en alemán) trata sobre la traducción. Ortega considera que la traducción de textos, de una lengua a otra distinta, es una tarea utópica, exorbitante, casi imposible. Y esto es así porque las palabras se forman, en las diferentes lenguas, de acuerdo a experiencias diferentes de tal manera que palabras equivalentes, en el diccionario, pueden derivarse de vivencias diferentes y su significado no es exactamente el mismo. La traducción del alemań "Wald" al español es "bosque", sin embargo la experiencia y el concepto que un alemán tiene de Wald es diferente del que puede tener un español del bosque meridional. Y no digamos el de un habitante de la selva amazónica.

Por otra parte, hay pueblos para los que no ha existido un determinado concepto por lo que su traducción se hace echando mano de otros significados. Los vascos primitivos no tenían un concepto de Dios y, cuando fueron cristianizados en el catolicismo, lo designaron como "Señor de lo alto" que, en euskera es "Jaungoikoa" (jaun=señor y goi=alto, arriba). Lo mismo ocurre cuando se trata de traducir lenguas muertas como el latín. No hay grandes problemas si se traducen textos antíguos, pero resulta jocoso cuando se intenta traducir al latín un texto moderno. Y, hasta hace poco más de un siglo el latín era la lengua de muchas Universidades por lo que, necesariamente, se tenían que traducir conceptos modernos. Hoy, aparte del Vaticano, es posible oir las noticias diarias, en latín, de una determinada radio finlandesa; recuerdo haber oído, traducido al latín, hasta el precio en dólares del barril de petróleo. Como dice Ortega, no es posible traducir a otra lengua sin traicionarla: traduttore, traditore.

En otros casos, la imposibilidad de una traducción correcta viene de un exceso de conceptos de la lengua traducida. Nuestra paupérrima clasificación de los nombres en géneros (masculino, femenino y neutro) es insuficiente para determinadas lenguas africanas, como la de los bantues, que distinguen hasta 24 clasificadores: lo que se mueve se distingue de lo inerte, lo vegetal de lo animal, etc. Según Ortega, en árabe hay más de 5.000 nombres para designar las distintas variedades de camellos; nosotros distinguimos entre camello y dromedario, y para de contar. ¿Cómo traduciríamos todos esos nombres? Imposible lograrlo.

Determinados géneros, como la poesía son también imposibles de traducir correctamente porque se pierden, inexorablemente, los matices y sentimientos que dan sentido a una poesía original. Cuando García Lorca se refiere a la Guardia Civil diciendo:

Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.

¿Se entendería en una traducción al alemán?

Contrariamente, los textos científicos y técnicos tienen traducción más accesible a todas las lenguas. Y esto es así, porque tratan con conceptos universales sobre los que ya ha habido un acuerdo entre la comunidad científica o entre los técnicos de una determinada disciplina. Incluso para definir símbolos para esos conceptos. Un "vatio" tiene el mismo significado para todas las lenguas, aunque difieran ligeramente en la palabra (watt, watio).

Ortega distingue dos métodos diferentes de traducir (según un ensayo del teólogo Schleiermacher), que toman direcciones opuestas: o bien se trae el autor al lenguaje del lector o se lleva el lector al lenguaje del autor. Según Ortega, solo cuando arrancamos al lector de sus hábitos lingüísticos y le obligamos a moverse dentro de los del autor, hay propiamente traducción. Justamente lo contrario de lo que se suele hacer, por lo que Ortega nos dice que: "Hasta ahora, casi no se han hecho más que seudotraducciones".

Recuerdo una anécdota, que me sucedió en Finlandia en 1957, que pone de relieve la dificultad de traducir palabras que tienen significados diferentes según las experiencias vividas. Cuando trabajaba en una fábrica finlandesa, un obrero me preguntó cual era el tratamiento a un oficial del ejército en España. Los obreros finlandeses, de aquel entonces, tenían un agudo sentimiento de clase y consideraban humillante, y muy distante, el tratamiento de Señor (Herra) con el que estaban obligados a dirigirse a un oficial: Herra kapteeni, Herra kenraali (Señor capitán, Señor general). Cuando yo les dije que, en España, el tratamiento de Minun kapteenini, Minun kenraalini (mi capitán, mi general..) se quedaron alucinados. Interpretaron que era un tratamiento de amistad y compañerismo. Esa traducción al finlandés suena como nos sonaría decir: capitán mío, amigo mío. Sin embargo, para nosotros decir "mi general" se parece más a decir "mi amo" que "amigo mío" pero era imposible hacer una traducción literal que tradujese esa sensación. Ellos se quedaron con la impresión de que, en el Ejército español , el tratamiento no era distante sino de cercanía y afecto. Bastante diferente de la realidad.

Efectivamente, como dice Ortega, la traducción es una tarea utópica, exorbitante, casi imposible.

sábado, enero 20, 2007

Spain is different


Este slogan, una manera fina de decir que España constituye una anomalía en Europa, sigue hoy vigente. Y eso que alguna de las anomalías de hace 50 años han cambiado radicalmente de signo. Por ejemplo, en los años 50 nos diferenciábamos por ser un país de alta natalidad con familias muy numerosas (en mi caso, eramos 9 hermanos). Ahora España se distingue por presentar, junto con Italia (otro país católico, anteriormente de alta natalidad), uno de los índices de fecundidad más bajos de Europa.

No todas las anomalías españolas son negativas. Empezaré por algo en lo que deberían imitarnos los demás países europeos, a saber: la conservación del apellido materno en los hijos o de la mujer en el matrimonio. La conservación de la identidad de la mujer, que se da en España desde los tiempos de los Reyes Católicos (tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando), es un avance notable por numerosas razones, entre ellas la de disponer de dos apellidos (¿cuantos miles de José García habría en España si solo se tuviese un apellido?). Pero, sobre todo, porque se trata de que la mujer no pierda su propia identidad nominativa y de que su apellido continúe en los hijos. Conozco parejas europeas separadas en las que la mujer sigue manteniendo el apellido del ex-marido (al que, cordialmente, odia) porque es, también, el apellido de los hijos. En realidad, lo más lógico sería el que los hijos tuviesen como primer apellido el de la madre ya que es, biológicamente, lo más apropiado. Y, siempre, dos apellidos. Respecto a los nombres, es también una anomalía que muchos funcionarios del Registro impongan la regla de que los nombres deban ajustarse al santoral o ser admitidos por la costumbre. ¡No se admiten nombres inventados como ocurre en Cuba y otros países latinoamericános! Recientemente, se ha denegado poner "Beliza" a una niña española de origen colombiano. Y es un nombre bien bonito, como lo son muchos que conozco de Cuba: Yusmari, Yalili o Elian (combinado de Elizabeth y Juan). ¿Porqué no admitir toda clase de nombres? Pienso que, en otros países europeos, nadie pondría pegas a llamar Lolita a una niña, o cualquier otro nombre, siempre que no sea ofensivo o denigrante para las personas (no creo que se admita "Hitlerito" o bien "Cojoncio", como en una novela de Cela).

Volviendo a las anomalías, la más significativa y sorprendente es, para mí, la de la vivienda. España es, con diferencia, el país en el que la vivienda habitual es en propiedad y el que menos porcentaje tiene de viviendas en alquiler. Más del 85% de la gente habita una vivienda propia y solo aproximádamente el 10% en vivienda alquilada, cuando en Holanda, Alemania o los países nórdicos el porcentaje de viviendas en alquiler es del 50% o más. Y eso que, en España, hay ya más de 3 millones de viviendas vacías, mientras que los precios, tanto de compra como de alquiler, son ya de los más altos de Europa. Las "facilidades" que el Gobierno ofrece, para arrendadores y arrendatarios, parecen no tener el menor éxito. En toda Andalucía no llegan a 1.500 las subvenciones solicitadas en 2006. Y las ventajas son relevantes: los propietarios reciben 6.000 € por alquilar un piso vacío, siempre que lo hagan con un contrato a 5 años. ¿Porqué no se ponen más pisos en alquiler?. Probablemente por desconfianza hacia los posibles arrendatarios y por desprotección legal ante impagos o vandalismos.

La desconfianza en el prójimo es otra de las anomalías de nuestro país. En realidad, la confianza en el otro es una característica que, en Europa, es inversamente proporcional a la distancia al polo Norte; y que está sufriendo transformaciones derivadas de los flujos migratorios. Por razones sociales y culturales, Finlandia es el país donde se daba un mayor grado de confianza entre sus habitantes. Y, claro está, los finlandeses van perdiendo esa bella característica cuando se instalan en nuestro país o cuando reciben demasiados inmigrantes africanos o latinos. Mi mujer, cuando llegó a España, mantenía esa confianza hasta que empezó a ser objeto de robos y timos. Por lo visto, yo no le había alertado lo suficiente y, como era su costumbre, en unos Grandes Almacenes dejó su bolso en una repisa mientras se probaba unas prendas. Desapareció el bolso con toda la documentación y el dinero. Pero lo más curioso es que, al tener un acento extranjero, era la Policía la que desconfiaba de que ella estuviese diciendo la verdad: ¿quien dejaría, sin vigilancia, el bolso mientras se probaba un vestido?. Sobre este aspecto de la confianza creo que trataré más ampliamente cuando escriba sobre las Administraciones públicas. Una de las razones por las que la Administración de los países del Norte es más sencilla y rápida es, probablemente, porque se basa en la confianza hacia los administrados. De hecho, en Finlandia, cualquier ciudadano se convierte en una especie de "notario" que testifica ante la Administración para muchas operaciones o gestiones.

Pero, quizás la anomalía española de mayor repercusión social sea la de los horarios partidos, que implican que una gran parte de la población trabajadora llega a su casa tan tarde que impide una vida familiar normal, además de crear insoportables puntas de tráfico durante las horas de comida. En casi toda Europa, la mayor parte de los trabajadores tienen jornada contínua (salvo un receso para almuerzo) y está en casa de las 16h a las 18h, como máximo, con lo que comen en familia hacia media tarde y tienen tiempo para ocuparse de los hijos. No es aventurado decir que una parte de los problemas que tiene nuestro sistema educativo deriva de esta falta de presencia de los padres en el hogar.

Otra anomalia secular con respecto a Europa (con la excepción de Grecia y Portugal) es el poco prestigio de la Ciencia en nuestro país. La desafortunada frase de Unamuno, ¡que inventen ellos!, está todavía vigente. Al menos socialmente hablando. Aunque se están dando pasos para aumentar la inversión en I+D+i, todavía estamos lejos de conseguir una situación cercana a las de los países del Centro y Norte de Europa. Si tomamos el dato del número de patentes registradas, en relación al PIB, como indicador de resultados del avance científico y tecnológico de un país, vemos que nuestra situación es de las peores del mundo desarrollado: Finlandia, Japón y Suiza registran más de 5 patentes por 1.000 millones $ de PIB, Alemania y Suecia más de 4, EE.UU. 3, Francia, Dinamarca, Gran Bretaña y Austria algo más de 2, otros países (incluidos Italia o Irlanda) más de 1,5 y, finalmente, España con muy poco más de 1 patente registrada por cada 1.000 millones $ de PIB.

Otra anomalía, muy lamentable, es la violencia que se percibe en bastantes aspectos. En especial, desde luego, la del terrorismo etarra que dura ya más de 40 años y no parece tener un próximo final. Pero también otras violencias socio-culturales como la "fiesta" de los toros, incluidos los encierros y otros festejos en los que las víctimas son animales. El maltrato a los animales es también una diferencia notable con el mundo anglosajón; algo que irá disminuyendo conforme se vaya considerando, como ya está ocurriendo, que los animales de compañía (los mal llamados "mascotas") forman parte de la familia.

Y finalmente, en el área de la política, muchos ciudadanos europeos (especialmente los nórdicos) se asombran del grado de virulencia del enfrentamiento entre partido gobernante y oposición en temas que, como es el terrorismo, deberían tratarse con discreción y mutuo acuerdo entre los partidos con posibilidad de gobernar. Una anomalía incomprensible y nueva en nuestro país sobre la que ya he tratado en anteriores artículos.


lunes, enero 01, 2007

Incoherencias de la política


El brutal atentado de ETA en el aeropuerto de Barajas ha roto las esperanzas que muchos teníamos en el llamado "proceso de paz", especialmente porque llevábamos 3 años sin atentados mortales. Pero también ha puesto de relieve las incoherencias de la política de derechas en nuestro país.
Desde que el Parlamento aprobó (con la única excepción del PP) la iniciación de contactos con ETA, condicionando el diálogo a que no se pagasen precios políticos ni se negociasen concesiones hasta asegurar que la banda había renunciado definitivamente a la violencia, el PP (apoyado por la AVT) no ha cesado de atacar al Gobierno acusándole de rendirse ante los terroristas y de mantener una negociación secreta con ETA. Los ataques a Zapatero han sido constantes, pese a que era evidente que no se hacía concesión alguna cumpliendo lo acordado en el Parlamento.

Ahora, después del atentado, ya ha quedado totalmente claro que no ha habido concesiones ni traición alguna. ¿No debería la derecha haberlo reconocido así? ¿no debería el PP mostrar el máximo apoyo al Gobierno ante el atentado (igual que hizo el PSOE en la ruptura de la tregua anterior)? ¿no tendría la AVT que mostrar toda su repulsa hacia ETA por el atentado y no hacia el Gobierno?
Sin embargo, el PP sigue manifestando hostilidad al Gobierno, si bien ya no dice que se "rinde ante ETA". Y, en el caso de la AVT y de su impresentable Presidente, en la última manifestación (afortunadamente poco concurrida) se ataca con la máxima furia a zETAp, olvidándose de ETA, y se carga contra los reporteros gráficos y de TV al más clásico estilo fascista.

Otra muestra de incoherencia y desfachatez son las declaraciones a la COPE de nuestro ínclito Ángel Acebes (por si no se recuerda, responsable de Interior en el atentado del 11M) en las que dice (según el Libelo Digital):
"He sido ministro del Interior, y si algo es necesario en situaciones de incertidumbre como la que se genera tras un atentado terrorista, es una información clara, continua y fiable que proceda del Gobierno"
En realidad, tendría toda la razón si admitiese que lo que se informó, por él mismo y su Gobierno del 11 al 14M, fue todo lo contrario de una información clara y fiable. Sí, en cambio, fue continua su adscripción a ETA del atentado.

Volviendo al atentado del aeropuerto, cabe preguntarse si no se hubiese dado en el caso de que hubiese habido algún gesto de acercamiento en el terreno penitenciario, como hizo el anterior Gobierno. Mi opinión es que, dado el resultado en la anterior tregua, no era conveniente hacer el menor gesto hasta tanto fuese seguro el abandono de las armas. Ahora, los que, en el entorno de ETA, quieran la paz tendrán que imponerse a los que quieren seguir con la violencia hasta asegurar el desarme, si quieren lograr cualquier concesión. Mientras tanto, sufrirán el acoso policial y el ostracismo político. Tomando como ejemplo lo ocurrido en Irlanda, parece que pasarán años hasta que podamos ver el fin de la violencia etarra. Y, quizás, solo cuando gobierne el PP de nuevo podremos tener una oposición responsable que apoye al Gobierno en la lucha antiterrorista y asegure la unidad de las fuerzas democráticas.

Después de escribir todo lo anterior, ayer, leo en la prensa del 2 / Enero que Javier Arenas (supuesto moderado del PP) ha dicho, sobre el Presidente, lo siguiente:
"La respuesta de Zapatero (al atentado) es una vergüenza y una ofensa a todas las victimas del terrorismo". Me pregunto qué objetivos puede tener este personaje para expresar semejante barbaridad.
También leo una comparación entre la tregua del 98 (con Aznar en la Presidencia) y la actual. No hay demasiadas diferencias, salvo que en la primera se hicieron algunas concesiones penitenciarias (acercamiento de 130 presos) y que las reivindicaciones de la banda eran de un independentismo radical en el 98 y, ahora, solo de reconocimiento del derecho de decisión a los ciudadanos vascos (lo que a mí me parecería democráticamente aceptable en caso de total ausencia de violencia). Pero la verdadera diferencia está en el comportamiento de la oposición. En el 98, la oposición apoyó al Gobierno y culpó solo a ETA. Lo contrario de lo que se produce ahora, salvo honrosas excepciones como la del alcalde de Vitoria, del PP, quien ha dicho que "no es el momento de hacerse reproches, sino de reconstruir la unidad y trabajar juntos contra el terror". Pero la mayor parte del PP ven que pueden sacar ventajas electorales del fracaso del proceso de paz y no están dispuestos a aflojar en sus mordiscos. ¡Antes que el país, está la vuelta al poder! Y se autoproclaman "patriotas".

Si hay algo que detesto en política, es el oportunismo.