miércoles, febrero 21, 2007

Salvar la Amazonía

Después de 30 años, desde que se dió la voz de alarma sobre el incremento extraordinario de los gases de efecto invernadero, las ideas básicas sobre el Cambio Climático o el Calentamiento Global se han incorporado ya al acervo de uso común. Solo algunos recalcitrantes, como el Libelo Digital, son todavía reticentes a admitir que la Comunidad científica da por hecho que el calentamiento global existe y que se debe, en gran medida, a las actividades humanas. Hoy mismo, he oído al Sr. Rajoy (denominado por algunos como Sr. NO) que incluía el Cambio Climático entre los temas de mayor interés para los españoles, lo que es una novedad que me llena de satisfacción. Pero todavía hay un gran trecho para que esas buenas intenciones, de nuestros políticos y gobernantes, se conviertan en medidas eficaces para resolver los problemas que se nos avecinan.

Todos tenemos la idea de que los principales problemas a abordar tienen relación con la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente debidos a la utilización de combustibles fósiles para generar energía para electricidad, transporte y calefacción. Pero nos olvidamos que los grandes bosques son importantes sumideros de CO2 y pulmones que exhalan oxígeno a la atmósfera, particularmente las grandes selvas y, muy especialmente, la selva amazónica.

La Amazonía ocupa una extensión de cerca de 8 millones de km2, mayor que toda la Europa de los 25, y alberga casi un 50% de las todas las especies de animales y plantas del planeta, la mayoría todavía sin descubrir. Es, posiblemente, el más importante patrimonio natural que tiene el planeta. Y corre un peligro cierto de reducirse a la mitad en este siglo. A causa de la explotación por intereses económicos, públicos y privados, algunos claramente ilegales.

Greenpeace ha realizado una labor excelente de descubrimiento de los problemas a los que se enfrenta la conservación de la Amazonía, con una expedición del barco Artic Sunrise cuyas crónicas han sido escritas por el ecologista catalán Marcos Sanjuán (que ya participó en la expedición a los bosques primarios de Laponia). Estas "Crónicas desde el mundo verde" ponen de relieve que una de los principales causas de la destrucción de la Amazonía se debe a la tala para generar espacios dedicados a la soja de la multinacional Cargill (que dispone de un puerto propio, dudosamente legal) para alimentar ganado y producir la mayor parte de la carne que demandan las grandes cadenas de comida basura (Mc Donald). Es sabido que las proteinas obtenidas de la carne requieren una extensión de terreno agrícola del orden de 7 veces el que precisaría la misma cantidad de proteínas obtenídas de arroz, trigo, cebada o legumbres. Es decir que la excesiva demanda de alimentos y comida basura, basada en la carne, no solo está generando una población cada vez más obesa, en los países desarrollados y los emergentes, sino que es absolutamente destructora para la ecología del planeta. Si no se pone remedio, puede que las nuevas generaciones de niños y jóvenes sean recordadas como las generaciones que contribuyeron a destruir la maravilla de la selva amazónica, al mismo tiempo que ponían en peligro su propia salud.

Las imágenes de la expedición a la Amazonía son suficientemente expresivas de las implicaciones de intereses económicos en el proceso de deforestación de la selva amazónica. En la foto 9 se puede contemplar la inmensidad del río Amazonas, que en algunos lugares llega a tener varios kilómetros de anchura. En la foto 16 la selva amazónica desde el aire, donde hasta el río parece pequeño en comparación. En la 17 vemos el mapa de la Amazonía con las áreas ya deforestadas en rojo, aproximadamente ya el 20%. En la foto 18, terrenos de selva ya convertidos en campos de soja. Aquí, las instalaciones portuarias de Cargill bloqueadas por un equipo de Greenpeace y algunas escenas de ataques de los "sojeiros" a los activistas de Greenpeace. Incluso nuestro cronista Marcos Sanjuán fue detenido por la policía que protege las instalaciones ilegales de Cargill. No obstante, son muchos los pobladores de la zona que están en contra de las prácticas de plantación de la soja y se adhirieron a la "Caminhada pela floresta em pé, contra monocultura de soja y em defesa de produção familiar".

Pero la deforestación de la Amazonía será un desastre ecológico para todo el planeta y no solo para algunos pobladores de estas zonas. A corto plazo, en la región de Santarem habrá más beneficiados por el empleo en las plantas de soja que por el mantenimiento de la selva. Por tanto, será necesario que se encuentre alguna fórmula para compensar, a los habitantes de la región, por la pérdida de rentabilidad inmediata en el mantenimiento de la selva. De lo contrario, la deforestación será imparable. Atentos a lo que suceda.

PS: Posteriormente a lo escrito anteriormente, leo que la organización ecologista PETA dice que la mejor forma de salvar al planeta es hacerse vegetariano, por lo que han escrito una carta a Al Gore proponiéndole que deje de comer carne. En la carta dice: "la forma más rápida y efectiva de luchar contra el calentamiento global es un cambio de dieta, aunque esto pueda ser la verdad más incómoda de todas". Tienen toda la razón.