viernes, marzo 27, 2009

Ventajas de la crisis

Hace aproximadamente un año, en un artículo de este Blog, escribía:

En el idioma chino el concepto de crisis se expresa por un conjunto de dos términos: wēi - jī (危 机), que significan riesgo y oportunidad. Es la mejor definición posible del concepto de crisis, que implica un riesgo o un peligro, pero también una excelente oportunidad para un cambio fructífero.

Hoy he asistido a una mesa-debate sobre "Innovación como oportunidad para superar la crisis económica", auspiciada por la Diputación Provincial de Málaga. La mesa estaba compuesta por algunas autoridades de la Junta de Andalucía en Málaga, entre las que estaban el Presidente y el Director del Parque Tecnológico de Andalucía en Málaga. Este Parque constituye un éxito en cuanto a implantación de empresas (cerca de 500, la mayoría pequeñas) y en resultados en I+D+i. Por tanto, lo que se dijo en esa Mesa de Debate resultó muy relevante, abundando en las ideas de riesgo y oportunidad que, anteriormente, había definido para el concepto de crisis.

Es significativo el hecho de que la Innovación esté representada por una "i" minúscula en la abreviatura de I+D+i. Es como si la innovación fuese menos importante que la Investigación y el Desarrollo Tecnológico. Sin embargo, se puede decir que la Innovación es bastante más que la I+D; es el objeto principal de la I+D, pero es también algo que puede desarrollarse sin acudir a la Investigación ni a la Tecnología. Innovar significa hacer cambios para mejorar los productos o servicios, de una empresa, de acuerdo con lo que el mercado necesita o demanda. En Andalucía hay unas 500.000 empresas, la mayoría pequeñas, pero solo poco más de 1.000 pueden considerarse empresas verdaderamente innovadoras. La pregunta que hay que hacer es: ¿porqué, si la innovación es buena e implica mejorar, hay tanta resistencia a innovar? Y la respuesta es que innovar es también arriesgado. Significa cambiar y ese cambio puede fracasar. De hecho, la mayor parte de las innovaciones fracasan. Por eso, en tiempos de bonanza el empresario es reticente a innovar. Si las cosas van bien como están y se gana dinero sin cambiar ¿porqué arriesgarse a hacer cambios que pueden fracasar? Y es que la experiencia dice que un porcentaje importante de las innovaciones fracasan, si bien hay un porcentaje significativo de éxitos tales que hacen que las empresas pasen a un nivel superior en rentabilidad y posición de mercado. Ahora bien, en tiempos de crisis el riesgo de perder, sin cambiar, empieza a ser significativo e incluso bastante probable. Por tanto, el riesgo de innovar acaba siendo más pequeño que el de no innovar y muchas empresas deciden intentar ese riesgo antes de tener que acabar cerrando. Es por eso que la crisis significa una oportunidad para el tejido empresarial y para la economía de un país. Sobre todo cuando el sistema político gobernante es consciente de la importancia de apoyar la innovación. Esto es lo que ocurre en Andalucía donde, desde hace varias décadas, el Gobierno andaluz está tratando, con mayor o peor fortuna, de impulsar una nueva cultura empresarial orientada hacia la Innovación. De ahí que, en la Junta de Andalucía, exista una Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa.

Estaremos atentos para observar si, efectivamente, esta crisis económica y financiera da lugar a un aumento sustancial de la innovación en las empresas españolas y, en particular, en las andaluzas.

lunes, marzo 23, 2009

Gran Torino y la diversidad sociocultural

Hay películas que todo el mundo considera buenas (Lo que el viento se llevó, El puente sobre el río Kwai, Dr. Zhivago....) y otras que unos ensalzan al máximo mientras que otros las denigran, pero que siempre suscitan un enorme interés. Gran Torino es de este tipo de films (el trailer en VO, aquí). De Film Affinity entresaco, casi al azar, y como ejemplo, partes de dos de estos dos tipos de críticas tan controvertidas y opuestas:
  • la positiva y entusiasta:
Gran Torino puede y debe verse como un film modélico, un copioso manjar para paladares selectos, una película que guarda en su sereno y adulto mensaje un bello relato de amistad, dolor, fe, redención, recuerdos y sentimientos, un alegato perspicaz contra el racismo y la difícil cohabitación entre culturas.......
  • la negativa y denigradora:
Si Bush hace esta cinta nos estaríamos riendo sin parar. Y con razón. Resulta que, con muchos temores, me dediqué a ver la "última" de Eastwood... y ... y ... por más que le he dado al coco, no consigo darle más de un tres de los diez puntos posibles....

¿Porqué estas diferencias de percepción? En este caso concreto, los que minusvaloran el film quizás consideren que está lleno de tópicos (las pandillas juveniles de negros, chinos o latinos...), que el guión es simplista y previsible, que es un film hecho para el autolucimiento de Clint Eastwood, etc. etc. Y todos estos elementos están presentes, sin duda, pero la emoción que el film transmite, la carga de reflexión sobre la sociedad actual que conlleva y la sobriedad y calidad de la puesta en escena hacen que, para mí, se trate de una extraordinaria película que merece ser recomendada.

A principios de este mes publiqué un post, de este Blog, titulado Uniformidad y diversidad, donde señalaba que estas tendencias son polaridades que forman parte del mismo sistema social, el ying y el yang de la sociedad moderna. En este film se puede ver con claridad: en la sociedad americana actual conviven una gran gama de diversidades étnicas y culturales. La vieja diversidad de judíos, anglosajones, italianos, irlandeses, negros y chinos antíguos..., ya integrados desde hace tiempo, y la nueva compuesta por los últimos inmigrantes asiáticos, latinos y europeos del Este. Dentro de esa diversidad, se desarrollan también uniformidades comunes como es la propensión de los jóvenes marginados a formar bandas o pandillas, generalmente de caracter violento. Gran Torino es un film que recoge, de forma más o menos rigurosa, este tipo de situaciones y juega con ellas de manera muy efectista y dramática.

El personaje de Walt Kowalski (Clint Eastwood) es un viejo de origen polaco, veterano de la guerra de Corea, muy amargado por haberse quedado recientemente viudo y por la actitud de sus dos hijos y sus familias, que no le comprenden y que llevan una vida centrada en sus negocios y basada en los valores del dinero, lo que el viejo detesta. Como también detesta a los nuevos vecinos chinos que se están implantando en el barrio y a los que llama "ratas de alcantarilla". Además, el viejo Walt es un fumador empedernido que está enfermo de los pulmones, por lo que le queda poco tiempo de vida.

Por una serie de circunstancias el viejo Walt toma contacto con sus vecinos y, pese a su aparente rigidez, empieza a mantener con ellos una relación de amistad centrada, sobre todo, en los dos jóvenes de la familia: el chico Thao y la chica Sue. El viejo acaba convirtiéndose en protector de los dos y mentor del tímido jóven Thao, al que adiestra para el trabajo. Resulta divertido ver como le introduce en el lenguaje de los viejos amigos, llenos de palabrotas y aparentes insultos mutuos que ocultan una gran ternura y amistad de muchos años. Y, también, es extraordinaria la desconcertante manera con que se enfrenta a los pandilleros, apuntándoles con la mano como si fuera una pistola.

Unas circunstancias dramáticas, de las que resulta víctima la jóven Sue, exigen una acción inmediata de venganza, que Thao reclama pidiendo la ayuda de Walt.
Y es en esta circunstancia donde el viejo Walt se muestra como un verdadero sabio, según mi visión, al estilo taoista. Walt exige calma a Thao para dar una respuesta bien meditada que, realmente, suponga una verdadera solución al problema. No voy a describir lo que ocurre, para no estropear el final a quien no haya visto la peli, pero sí diré que, para mí, el enfrentamiento final me recuerda a la filosofía taoista: el wu wei (la no acción). Lao Tse decía que "el hombre sabio nada hace, pero nada deja por hacer". Y esto es exactamente lo que ocurre, el viejo Walt no actúa (violentamente) pero el resultado es el que debería ser.

Seguramente la intención del guionista y de Clint Eastwood no era aplicar la filosofía taoista pero esto es, exactamente, lo que ha hecho. Al menos, esta es mi reflexión sobre esta historia.

martes, marzo 10, 2009

Cataluña visionaria: iluminaciones

"De tant en tant, el seny català acluca l'ull i deixa fer" (De vez en cuando la sensatez catalana cierra los ojos y deja hacer).

Esta preciosa frase, de Nicolau M. Rubió i Tuduri, es el leit motiv de la espléndida exposición que el CCCB (Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona) denominada "Iluminaciones. Cataluña visionaria", que recoge una muestra de 800 obras de artistas, inventores y visionarios catalanes que, a lo largo de 8 siglos, han enriquecido la vida de Cataluña y del mundo con sus ideas revolucionarias, y a veces alocadas, pero siempre creativas, de personajes extraordinarios, empezando por Ramon Lull y continuando por más de un centenar de inventores, arquitectos, artistas, escritores, librepensadores, anarquistas y masones catalanes, poetas, cantantes y muchos otros.

Mencionaré dos, que me impresionan especialmente por haber desarrollado soluciones técnicas y prácticas basándose en estructuras tomadas de la naturaleza:

  • Narcís Monturiol (1819-1885) que presentó, en 1858, su proyecto "El Ictíneo o la nave-pez" y, posteriormente construyó el Ictíneo II que debía ser propulsado por una máquina de vapor. La experiencia fracasó por falta de fondos para solucionar los problemas de acondicionamiento y habitabilidad para la tripulación.
  • El arquitecto modernista Antoni Gaudí (1852-1926), vivió de niño en el campo; era de naturaleza enfermiza y aquejado de reumatismo por lo que se sentía aislado de otros niños y se dedicaba a la observación de la naturaleza: piedras, plantas y animales. De esa observación y de sus estudios de arquitectura obtuvo las bases para su enorme creatividad y su abundante obra. Al terminar la carrera, el Director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona dijo, en la entrega de títulos: "Hemos dado el título a un genio o a un loco, el tiempo lo dirá". Y el tiempo nos dejó dicho, claramente, que se trataba de uno de los mayores genios de su tiempo.
El personaje de Gaudí es tan excepcional y su obra tan extensa que tengo que dejar para otro artículo un análisis más pormenorizado de su inmensa obra.

La exposición, de estos visionarios catalanes, está estructurada por 13 ámbitos temáticos, cuyos títulos están encabezados por las letras de la palabra IL.LUMINACIÓNS (Iluminaciones, en catalán):

IMAGO MUNDI. La herencia simbólica
LUX. Utopías y utopistas
LOCUS SOLUS. Lugares del espíritu
UT PICTURA POESIS. Paisaje, alma y naturaleza
MATER CIVITAS. La ciudad como matriz
INCIPIT TRAGOEDIA. Premoniciones y gritos de guerra
NATURA NATURATA. Maquinismo poético y lúdico
AURAE. Paisajes metafísicos
CREATIO MENTIS. El mundo de la mente
ITA EST. La vida imaginaria del objeto
OPUS SCIENTIFICUM. Ciencia y arte
NUMEN. Mística contemporánea
SINGULARIA. Identidad, transcultura y género

Monturiol está en el ámbito de "Utopías y utopistas" y Gaudí en el de "Lugares del espíritu".

sábado, marzo 07, 2009

Uniformidad y diversidad

Un ejemplo más de la polaridad (ying y yang) en la vida. Mis reflexiones después de un reciente viaje a Barcelona, y de una interesante conversación con una artesana-comerciante de Málaga, me llevan a considerar el origen y las consecuencias de esta doble tendencia en el comercio, la industria y en la vida de nuestro tiempo.

Seguramente, antes de la era industrial de los siglos XIX y XX, la diversidad era la tónica dominante en la sociedad, ya que el arte y la artesanía eran la base de la producción material de la burguesía. Solo cuando empieza la implantación de las máquinas de vapor y de la gran industria, la aparición de la clase proletaria va sustituyendo progresivamente al artesanado en dicha producción material. El momento culminante de esa nueva uniformidad es la cadena de montaje del automóvil Ford modelo T. La uniformidad era tal que Henry Ford llegó a decir que «cualquier cliente puede tener el coche del color que quiera, siempre y cuando sea negro». Las ventajas de la producción en cadena supusieron una reducción de costes tales que permitieron que el automóvil, hasta entonces solo para los ricos, estuviera al alcance de casi todos los americanos de clase media. Fue el comienzo de lo que se ha llamado "sociedad de consumo" basada en la producción en serie y el consumo de masas. Una época que yo alcancé a vivir, en mi primera época como ingeniero. En 1959, en unos Talleres de una empresa minera de Ponferrada (León), la producción industrial tenía todavía cierto caracter artesanal: se hacía de todo en esos Talleres, había fundición de hierro, forja, soldadura y toda clase de máquinas-herramientas; las herramientas de corte se fabricaban por los propios operarios y la productividad era muy baja. Con la ayuda de una empresa consultora, pasamos a un sistema moderno y planificado, sobre la base del estudio de métodos y tiempos, que permitieron definir en detalle todos los procesos, calcular los tiempos de las operaciones y, también, estandarizar las herramientas que ya no se fabricaban por los operarios sino que se compraban y guardaban en un cuarto de herramientas. Con todo esto, más las primas de producción por ahorro de tiempos, se logró multiplicar por tres la productividad, duplicar los salarios y reducir fuertemente los plazos de entrega. Sistemas como este se pusieron en marcha, en toda España, en los años 50 y 60 acabando con la producción industrial de carácter artesanal y pasando a sistemas más modernos y estandarizados, al mismo tiempo que se desarrollaba una industria más especializada y de grandes series. A los ingenieros de entonces nos parecía que bastaba con desarrollar fábricas especializadas y de grandes series uniformes, para lograr una alta productividad y una calidad competitivas. Eran los tiempos en los que la oferta era todavía muy baja en relación con una demanda cada vez más potente. Todo lo que se producía se vendía.

Sin embargo, la sociedad de consumo que se iba desarrollando, por el mayor poder adquisitivo de la población, requería de cada vez una mayor variedad de productos. Algo que parecía incompatible con la uniformidad de las grandes series. Y fue en los años 80 cuando la industria japonesa demostró, con los sistemas "just in time", que era posible compatibilizar la estandarización y la diversidad con una elevadísima calidad y productividad. Ya en el siglo XXI, la explosión de la diversidad de productos en el mercado está generando una oferta desmesurada que, con la crisis de demanda actual, está produciendo ya una criba de marcas y productos de la que saldrán fortalecidas las empresas que ofrezcan una mejor relación calidad/precio manteniendo la diversidad y el buen servicio. Como decía en un artículo anterior, la crisis es un riesgo pero también una oportunidad. Y, probablemente, es también una oportunidad para un resurgir de la artesanía, como he podido observar en mi último viaje a Barcelona, donde proliferan los comercios y talleres artesanales de todo tipo: vestido, adornos, mobiliario... y, también, de alimentación.

Sin duda, en nuestro tiempo hay una uniformidad global, cuyo ejemplo más característico son las tiendas de alimentación de McDonald's, que se extiende por todo el globo, pero también se da un incremento de la diversidad que es, cada vez, más valorada por los indivíduos de mayor cultura. Nunca anteriormente el mundo había sido tan consciente del valor de la diversidad de todo tipo: especies naturales, lenguas, culturas indígenas... Y nunca se había hecho el esfuerzo que ahora se hace para la conservación de esa diversidad.

Y, en el futuro, ¿vencerá la diversidad a la uniformidad? O bien, ¿el mundo será, cada vez, más parecido en todas partes? No creo que yo llegue a saberlo.