sábado, noviembre 21, 2009

Previsiones macroeconómicas


En el diario Público de 20/11/2009 se publican las previsiones económicas que hacen, para España, el Gobierno español, la OCDE y la Comisión europea de Bruselas.

Las variables económicas consideradas son: el PIB, la tasa de paro y el saldo de las cuentas públicas (déficit) para los años 2009, 2010 y 2011.

Con el fin de tener un recordatorio de esas previsiones, incluyo estos gráficos en el Blog, de forma que pueda consultarlo pasados estos años y ver quien ha estado más cerca de la realidad. Es de notar que la Comisión europea (Joaquín Almunia) es quien hace unas previsiones más desfavorables y el Gobierno las más optimistas, especialmente en lo que se refiere al PIB y el déficit público para el año 2011.

Quizás confunda mis deseos con la realidad, pero yo también soy optimista. Incluso más que el propio Gobierno y pienso que, en 2011, los datos serán mejores que los señalados, excepto en lo que se refiere al empleo. Veremos quien acierta.

NOTA: Para ver los gráficos a mayor tamaño, pulsar sobre el gráfico o bien abrir el archivo pdf de la edición papel de Público de 20/11/2009 (pag. 22) y aplicar la lupa.

viernes, noviembre 20, 2009

Hipocresías e incoherencias de políticos

Desde hace algún tiempo, trato de evitar, en mis artículos de Blog, el sumergirme en el proceloso y desagradable ámbito de la política española. Pero algunas situaciones recientes, como la del secuestro del buque atunero Alakrana, me hacen muy difícil no decir nada ante tal número de declaraciones incoherentes y/o hipócritas, especialmente las procedentes del mayor partido de la oposición. Aunque bien pensado, la incoherencia de una derecha -que reivindica la no ingerencia del Estado en el libre comercio- reclamando la intervención del Gobierno para proteger a los barcos privados (aunque tengan bandera del paraíso fiscal de las islas Scheycheles), quizás no lo sea tanto, si atendemos a lo que ya decía Bakunin, en el siglo XIX, en cuanto a que, cuando vienen mal dadas, "los liberales burgueses más exaltados se vuelven inmediatamente partidarios tenaces de la omnipotencia del Estado". Era, desde luego, enternecedor oir a Rajoy (o a sus adláteres) volverse hacia el Gobierno de España exigiendo que hiciera "todo lo posible" para liberar a nuestros compatriotas sanos y salvos (no se sabe si también incluían a la mayoría no española de la tripulación) y, al mismo tiempo y en otro contexto, abogar por la legalidad de las decisiones a tomar.

Pero esas decisiones solo pueden ser alguna derivada de dos únicas alternativas posibles:
  • O bien se paga un rescate, después de una dura negociación para que sea el menor posible.
  • O bien se toma el barco al asalto, por las fuerzas armadas, corriendo el riesgo de que (casi) todos los secuestrados mueran en el intento
La primera de las alternativas siempre comporta, necesariamente, algún tipo de ilegalidad además del inevitable secretismo de las gestiones (con la imposibilidad de dar explicaciones veraces), y la segunda el que la mayoría de los tripulantes no regresen sanos y salvos a sus casas. Pues bien, el partido de la oposición (PP) nunca especifica cual es la alternativa que debería tomar el Gobierno, reservándose siempre la opción de atacar duramente cualquiera que sea la decisión o gestión que el Gobierno realice.

Este comportamiento irresponsable (y, también, hipócrita) es absolutamente incomprensible para un país serio con una democracia madura. Me consta que las personas sensatas, de diferentes ideologías y países, manifiestan que lo normal, en casos como este, sería que la oposición se ponga a las ordenes del Gobierno para colaborar, en silencio, ayudando a mantener la discreción y dando la mayor confianza a la población. Y jamás utilizando este tipo de desgracias para obtener ventaja electoral alguna. Estas personas sensatas no dan crédito a lo que oyen de nuestra oposición, ya que es incomprensible para toda persona con un mínimo espíritu cooperador y constructivo. Y, sobre todo, cuando las gestiones han culminado en un desenlace feliz. Parecería que eso es lo que molesta a nuestra oposición, ya que antes de que pasasen 24 horas del desenlace, y antes de que la Vicepresidenta De la Vega ofreciese sus explicaciones en el Congreso, el PP arremetía duramente contra la gestión del secuestro con un intento (fracasado) de reprobación del Gobierno por dicha gestión. Como decía Gaspar Llamazares, diputado por IU, "frente al alivio de toda la sociedad, el PP traía a la Cámara la iniciativa de la ira".

El hecho de que me parezca necesario el que una oposición seria y constructiva apoye al Gobierno en difíciles asuntos de Estado como el que nos ocupa, no significa que yo no tenga una opinión diferente a la aplicada por este Gobierno. Todo lo contrario. Mi opinión personal (que puede estar muy equivocada) es que en este tipo de conflictos que afectan a propiedades empresariales (y a sus trabajadores) fuera del ámbito del Estado español, y que no han sido propiciadas por este, el Gobierno solo debe tener un papel mediador y colaborador, siempre que le sea pedido por la empresa y/o los trabajadores (o sus familiares) afectados. En definitiva, en este caso concreto en el que el pesquero no es de bandera española (no basta con izar una banderita cuando vienen mal dadas) sino de un paraíso fiscal -evidentemente para evadir al fisco del Estado español- y que, además, pesca fuera de la zona de seguridad recomendada por el Gobierno, la gestión del problema debería quedar en manos del armador y de los representantes de los trabajadores y sus familias. Sin embargo, curiosamente, en este caso el armador no aparece en casi ninguna de las declaraciones de las distintas partes y fuerzas políticas y se sale de rositas (según la expresión de Gaspar Llamazares) de este asunto, mientras el Gobierno sufre un evidente desgaste, la oposición (PP) hace un papel lamentable, los secuestrados lo pasan muy mal durante más de mes y medio, mientras que sus familiares sufren la comprensible angustia. Espero que, al menos, sea el armador (y su seguro) el que corra con casi todos los gastos y que, si el Estado ha anticipado alguna cantidad, esta le sea devuelta con intereses. Lo que no espero es que se den explicaciones veraces, por parte del Gobierno, ya que tendría admitir alguna ilegalidad. Y todo el mundo debe ser consciente de que solo había esas dos alternativas que he dicho al principio: o alguien pagaba (ilegalmente) o se acababa a tiros con (probablemente) muchos muertos. Que cada lector escoja qué hubiese hecho.

domingo, noviembre 08, 2009

Lecturas recientes

Acabo de leer dos pequeños libros que, aunque de épocas diferentes, tienen muchas cosas en común. Ambos son breves, fáciles de leer y tratan de la vida, la sociedad, el poder y la libertad. Uno se titula "La ciencia y la vida" y trata de una serie de conversaciones entre el cardiólogo Valentín Fuster y el escritor y economista Jose Luis Sampedro. El otro es "Dios y el Estado" del anarquista ruso, del siglo XIX, Mijail Bakunin.

El tema del poder, visto por Sampedro y Fuster, se centra fundamentalmente en el poder político y el económico, que están fuertemente imbricados, mientras que para Bakunin el poder reside en Dios (las religiones monoteistas) y el Estado, también necesariamente imbricados. Este poder implica, ineludíblemente, la pérdida de la libertad individual. A la frase de Voltaire "Si Dios no existiese habría que inventarlo", ilustrando la necesidad que tiene el Estado burgués de una religión que apacigüe y consuele al pueblo sometido, Bakunin le da la vuelta y, como celoso amante de la libertad humana, dice: "Si Dios existiese realmente, habría que hacerlo desaparecer" (para conquistar esa libertad). Algunas de las afirmaciones de Bakunin son tremendamente actuales. Cuando dice: "Hay una categoría de gentes que, si no cree, debe al menos aparentar que cree....Sacerdotes, monarcas, hombres de Estado, hombres de guerra, financistas públicos y privados, funcionarios de todas las especies, policías, carceleros y verdugos, monopolizadores, capitalistas, empresarios y propietarios, abogados, economistas, políticos de todos los colores, hasta el último comerciante..." ¿No sería esta una buena descripción de nuestra derecha social? Y ¿no conocemos todos algunas personas de derechas que se declaran ateas pero que apoyan a la jerarquía eclesiástica y sus reivindicaciones? Y, desde luego, es en el pueblo llano donde encontramos personas de fe aunque muchas veces sea más superstición que auténtica fe espiritual y religiosa. Es cuando ese pueblo llano utiliza a Dios o a los santos para tratar de conseguir algún beneficio particular. Cuanto más desgraciado sea un ser humano más necesidad tendrá de pedir, que le conceda algo, a un Dios o a algún santo específico. Una necesidad que es aprovechada por el poder eclesiástico y estatal, para el sometimiento del pueblo reduciendo sus posibilidades de ejercer una auténtica libertad de pensamiento. Aquí viene a cuento hacer referencia a los que Bakunin llama "liberales doctrinarios o burgueses" cuando dice que "cuando la masa de trabajadores se mueve, los liberales burgueses más exaltados se vuelven inmediatamente partidarios tenaces de la omnipotencia del Estado". ¿Porqué, leyendo esto, me vienen a la mente personajes como Thatcher, Pinochet, Bush o, incluso, nuestra "lideresa" madrileña, la Espe?

En el libro de Fuster y Sampedro se habla también mucho de la libertad y de su relación con la cultura y la sociedad. Sampedro comenta que, con frecuencia, en España se interpreta la libertad como "hacer lo que me venga en gana" y cuenta la anécdota de los primeros años de la Dictadura, cuando casi exclusivamente se podía tener un coche cuando se obtenía una concesión oficial, que un amigo suyo consiguió y le decía, todo contento, "ahora iré por donde me dé la gana" a lo que Sampedro respondió: "no, tu irás por donde haya carretera..." Una buena descripción de cómo la sociedad condiciona la libertad, al menos la libertad material. La libertad espiritual, o de pensamiento, es más libre de forma que hasta un preso puede tener más libertad de ideas que el guardián, quien está condicionado por lo que le mandan y por las reglas de comportamiento. El preso no tiene libertad exterior pero se siente libre interiormente, si tiene convicción en sus ideas. No puede elegir salir de su encierro pero puede elegir su ideario y la defensa de unos valores en los que creer. En la Dictadura, ha habido presos que han pasado más de 20 años entre rejas y se han sentido libres estudiando una carrera o escribiendo poesía. Un caso paradigmático es el del comunista Marcos Ana, quien entró en la cárcel a los 18 años, conoció allí a Miguel Hernandez y se convirtió en un poeta.

En los dos libros se trata del llamado "orden natural". Sampedro habla de lo que llama la "trampa del orden natural": definir la monarquía, la jerarquía, el Estado, el matrimonio o cualquier otra cosa como orden natural, permite perseguir como enemigos y antinaturales a todo lo que no está de acuerdo con las reglas. Lo pudimos comprobar, también durante el franquismo, con la represión de la homosexualidad ya que se consideraba que lo natural era la heterosexualidad. Y, sin embargo, la homosexualidad es también "natural" solo que menos frecuente. En ambos libros, se considera que la referencia más lógica, ante ideas confictivas, es la Ciencia. Una ciencia que cambia constantemente en su busqueda, siempre incompleta, de la verdad.

Otras de mis lecturas recientes, todavía inacabadas, son "El desajuste del mundo" de Amin Maalouf y "La doctrina del shock" de Naomi Klein. Ambos libros, de enorme interés, tratan sobre lo que ocurre hoy en el mundo bajo la sombra de la política. En el de Maalouf hay un análisis muy lúcido de la evolución política de los pueblos árabes e islámicos desde la guerra mundial. En el libro de Naomi Klein, se analiza cómo las grandes potencias, en especial USA, condicionan a otros países propiciando situaciones de shock económico o de terror, bien creando esas situaciones específicamente o bien aprovechándose de las creadas por otros. El golpe de estado de Pinochet, el 11 Septiembre o la guerra de Irak son ejemplos recientes. Se trata de un libro no precisamente breve (de 700 páginas), puesto que está extraordinariamente bien documentado.