En El País-Negocios, acabo de leer un singular artículo, del economista y Premio Nobel 2008 Paul Krugman, titulado "La marcha de los pavos reales" sobre la situación política de Obama, particularmente en relación con el déficit público, que no puedo por menos que relacionar con lo que está pasando, también aquí y ahora, con Zapatero.
Es sabido que Krugman es un economista muy especializado en la manera de lidiar con las crisis económicas, como escribo en mi artículo (de 20/02/2009) "La economía de la depresión" y, muy particularmente, con la actual que es, claramente, una crisis de demanda. Y, en este caso, como en la depresión del 29, la salida de la crisis requiere políticas "keynesianas", es decir de fuerte gasto público, incluso a costa de un importante déficit de las cuentas del Estado. Es lo que han hecho los diferentes países desarrollados, de América, Asia y Europa, aunque de forma insuficiente a juicio del propio Krugman. Son políticas fuertemente contestadas por la derecha neo-liberal que, como en nuestro país, proponen importantes reducciones de impuestos y del gasto público. En los EE.UU. son los llamados halcones del déficit, que piden la reducción de todos los capítulos de gasto (especialmente del gasto social) a excepción (¡asómbrense!) de los enormes gastos de defensa en Irak o Afganistán. Pero los que alguien, en EE.UU., ha llamado los "vistosos pavos reales" no son esos burdos halcones sino otros más finos, pero que tratan de ofrecer una política parecida basada en trucos presupuestarios que, en esencia, consisten también en recortar gastos discrecionales (excepto los de defensa), con el fin de reducir un déficit que ya les parece excesivo. Estos pavos reales influyen claramente en los asesores de Obama de forma que los próximos presupuestos tienen ya componentes muy importantes de recortes en el gasto público. Y lo mismo está ocurriendo con los asesores de Zapatero (o de Elena Salgado), en este caso sospecho que impulsados por lo que han oído en el Foro de Davos, donde se ha desencadenado un furibundo ataque a Grecia, Islandia, Portugal, Irlanda y España por el súbito incremento del déficit público. El profesor de la Universidad de New York, Nouriel Roubini, ha dicho que España representa "una amenaza para la cohesión de la zona euro". ¿Es esto razonable? No, no lo es. Este supuesto "guru" se contradice claramente cuando dice que se deben "bajar impuestos" y también que "hay que impulsar la inversión productiva para compensar la caída del consumo y de la construcción". Pero ¿quien puede hacer eso de una manera efectiva, en una crisis de demanda? Como dice Krugman son los proyectos de gasto público, la política keynesiana, lo que puede impulsar la inversión productiva, no solo pública sino también privada: los estímulos para proyectos municipales, las ayudas a la rehabilitación de viviendas, los proyectos de infraestructuras... Inversiones que, en principio, supondrán más déficit pero que acabarán generando empleo. ¿Es insoportable ese mayor déficit? No para España que tiene una deuda pública de las más bajas de Europa (probablemente, no mucho más del 50% del PIB para 2010). ¿Porqué Roubini no menciona Italia o Bélgica que ya tienen una deuda pública de más del 100% del PIB? ¿Es quizás Berlusconi de su cuerda política o bien, como es un potente empresario de medios de comunicación, tiene cierta bula? Ahora bien, no hay duda de que las intemperancias de ese sujeto, y otros anglosajones del foro, aunque ligeramente contestadas por Zapatero, hacen mella en los mercados y nuestros dirigentes económicos se han visto tocados y, aunque no lo reconozcan, han querido lanzar un mensaje de responsabilidad y seriedad a esos mercados: ¡vamos a reducir el déficit y a tomar medidas impopulares para asegurar el futuro! Así pues, lamentablemente, tanto Zapatero como Obama han sido receptivos a los cantos de sirena de la derecha y han optado por contemporizar. Algo que lejos de atenuar los virulentos ataques, que ambos reciben por su derecha, no hacen, por el contrario, sino incrementar esos irresponsables ataques, vista su debilidad para sostener una posición claramente contraria a las políticas neo-liberales. Todo lo cual, restará apoyos al Gobierno (el de Obama o el de Zapatero) por parte de sus verdaderos sostenedores: las clases más desfavorecidas, los trabajadores y sus sindicatos. ¡Doble ventaja para la oposición conservadora!
La reciente propuesta del Gobierno de la extensión de 2 años de la edad de jubilación, para su discusión en la Comisión del Pacto de Toledo, ha suscitado mucho debate. La derecha, que era favorable a la extensión de la edad de jubilación, ha puesto el grito en el cielo porque la propuesta se hace "mal y tarde". Rajoy dixit: "la generación de empleo «para hoy y el futuro» es la mejor medida para «garantizar el cobro de las pensiones» que se mantienen «porque hay gente que está cotizando» a la Seguridad Social" ¡Vaya descubrimiento! La cuestión es cómo hacer que se genere más empleo y de calidad. ¡No más burbujas especulativas, por favor! Y más cooperar en el Pacto educativo, que es la verdadera base para un modelo productivo del futuro.
Yo no soy de los que opinan que no hay que tocar la edad de jubilación. Dado que, cada vez hay más personas que están en buenas condiciones de salud pasados los 70 años, me parece razonable la extensión (no obligatoria) de la vida laboral para la mayoría de los trabajadores. Ahora bien, con la condición de que se tenga en cuenta el tipo de puesto de trabajo que se desempeña y, también, la flexibilidad para elegir el momento de la jubilación. Los puestos de trabajo duros, como el de un minero o un peón de la construcción, deberían poder jubilarse incluso a los 60 años o menos y cualquier trabajador, en especial los profesionales, deberían poder elegir seguir trabajando hasta, incluso, pasados los 70 años si así lo quieren trabajador y empleador. Ahora bien, el verdadero regulador de las pensiones debería depender de una contratación, adecuadamente regulada, de inmigrantes. Y no solo de personal no cualificado, sino también del personal cualificado para empleos en que exista déficit o resulten demasiado caros. Por ejemplo, personal sanitario o controladores aéreos.
Dicho esto, también hay que considerar las opiniones de quienes defienden no retrasar la edad real de jubilación, como dice el Profesor Vicenç Navarro, en varios artículos que se pueden leer aquí.
Es sabido que Krugman es un economista muy especializado en la manera de lidiar con las crisis económicas, como escribo en mi artículo (de 20/02/2009) "La economía de la depresión" y, muy particularmente, con la actual que es, claramente, una crisis de demanda. Y, en este caso, como en la depresión del 29, la salida de la crisis requiere políticas "keynesianas", es decir de fuerte gasto público, incluso a costa de un importante déficit de las cuentas del Estado. Es lo que han hecho los diferentes países desarrollados, de América, Asia y Europa, aunque de forma insuficiente a juicio del propio Krugman. Son políticas fuertemente contestadas por la derecha neo-liberal que, como en nuestro país, proponen importantes reducciones de impuestos y del gasto público. En los EE.UU. son los llamados halcones del déficit, que piden la reducción de todos los capítulos de gasto (especialmente del gasto social) a excepción (¡asómbrense!) de los enormes gastos de defensa en Irak o Afganistán. Pero los que alguien, en EE.UU., ha llamado los "vistosos pavos reales" no son esos burdos halcones sino otros más finos, pero que tratan de ofrecer una política parecida basada en trucos presupuestarios que, en esencia, consisten también en recortar gastos discrecionales (excepto los de defensa), con el fin de reducir un déficit que ya les parece excesivo. Estos pavos reales influyen claramente en los asesores de Obama de forma que los próximos presupuestos tienen ya componentes muy importantes de recortes en el gasto público. Y lo mismo está ocurriendo con los asesores de Zapatero (o de Elena Salgado), en este caso sospecho que impulsados por lo que han oído en el Foro de Davos, donde se ha desencadenado un furibundo ataque a Grecia, Islandia, Portugal, Irlanda y España por el súbito incremento del déficit público. El profesor de la Universidad de New York, Nouriel Roubini, ha dicho que España representa "una amenaza para la cohesión de la zona euro". ¿Es esto razonable? No, no lo es. Este supuesto "guru" se contradice claramente cuando dice que se deben "bajar impuestos" y también que "hay que impulsar la inversión productiva para compensar la caída del consumo y de la construcción". Pero ¿quien puede hacer eso de una manera efectiva, en una crisis de demanda? Como dice Krugman son los proyectos de gasto público, la política keynesiana, lo que puede impulsar la inversión productiva, no solo pública sino también privada: los estímulos para proyectos municipales, las ayudas a la rehabilitación de viviendas, los proyectos de infraestructuras... Inversiones que, en principio, supondrán más déficit pero que acabarán generando empleo. ¿Es insoportable ese mayor déficit? No para España que tiene una deuda pública de las más bajas de Europa (probablemente, no mucho más del 50% del PIB para 2010). ¿Porqué Roubini no menciona Italia o Bélgica que ya tienen una deuda pública de más del 100% del PIB? ¿Es quizás Berlusconi de su cuerda política o bien, como es un potente empresario de medios de comunicación, tiene cierta bula? Ahora bien, no hay duda de que las intemperancias de ese sujeto, y otros anglosajones del foro, aunque ligeramente contestadas por Zapatero, hacen mella en los mercados y nuestros dirigentes económicos se han visto tocados y, aunque no lo reconozcan, han querido lanzar un mensaje de responsabilidad y seriedad a esos mercados: ¡vamos a reducir el déficit y a tomar medidas impopulares para asegurar el futuro! Así pues, lamentablemente, tanto Zapatero como Obama han sido receptivos a los cantos de sirena de la derecha y han optado por contemporizar. Algo que lejos de atenuar los virulentos ataques, que ambos reciben por su derecha, no hacen, por el contrario, sino incrementar esos irresponsables ataques, vista su debilidad para sostener una posición claramente contraria a las políticas neo-liberales. Todo lo cual, restará apoyos al Gobierno (el de Obama o el de Zapatero) por parte de sus verdaderos sostenedores: las clases más desfavorecidas, los trabajadores y sus sindicatos. ¡Doble ventaja para la oposición conservadora!
La reciente propuesta del Gobierno de la extensión de 2 años de la edad de jubilación, para su discusión en la Comisión del Pacto de Toledo, ha suscitado mucho debate. La derecha, que era favorable a la extensión de la edad de jubilación, ha puesto el grito en el cielo porque la propuesta se hace "mal y tarde". Rajoy dixit: "la generación de empleo «para hoy y el futuro» es la mejor medida para «garantizar el cobro de las pensiones» que se mantienen «porque hay gente que está cotizando» a la Seguridad Social" ¡Vaya descubrimiento! La cuestión es cómo hacer que se genere más empleo y de calidad. ¡No más burbujas especulativas, por favor! Y más cooperar en el Pacto educativo, que es la verdadera base para un modelo productivo del futuro.
Yo no soy de los que opinan que no hay que tocar la edad de jubilación. Dado que, cada vez hay más personas que están en buenas condiciones de salud pasados los 70 años, me parece razonable la extensión (no obligatoria) de la vida laboral para la mayoría de los trabajadores. Ahora bien, con la condición de que se tenga en cuenta el tipo de puesto de trabajo que se desempeña y, también, la flexibilidad para elegir el momento de la jubilación. Los puestos de trabajo duros, como el de un minero o un peón de la construcción, deberían poder jubilarse incluso a los 60 años o menos y cualquier trabajador, en especial los profesionales, deberían poder elegir seguir trabajando hasta, incluso, pasados los 70 años si así lo quieren trabajador y empleador. Ahora bien, el verdadero regulador de las pensiones debería depender de una contratación, adecuadamente regulada, de inmigrantes. Y no solo de personal no cualificado, sino también del personal cualificado para empleos en que exista déficit o resulten demasiado caros. Por ejemplo, personal sanitario o controladores aéreos.
Dicho esto, también hay que considerar las opiniones de quienes defienden no retrasar la edad real de jubilación, como dice el Profesor Vicenç Navarro, en varios artículos que se pueden leer aquí.