No es la primera vez que trato el tema de la dicotomía entre entre "público y privado" en la política social y económica, para nuestro país. La última vez fue el 26 mayo 2009, con el título de "¿Mejor la economía pública o la privada?". Aquí doy una nueva visión del tema.
La crisis financiera y, en nuestro caso la del empleo, han vuelto a encender el debate sobre las ventajas o desventajas de los sistemas públicos y los privados. Y lo que ha quedado meridianamente claro es que sin los llamados estímulos fiscales, que todos los Gobiernos de países avanzados ha aplicado en mayor o menor medida, no habría sido posible pensar en una salida de la crisis a corto plazo (y, como decía Keynes, a largo plazo estaremos todos muertos). Y esto lo piensa así cualquier persona con un mínimo de conocimientos económicos (excepto, al parecer, Rajoy y Montoro). Sin ir más lejos, nuestro "ínclito" Presidente de la CEOE, Sr. Diaz Ferrán, nos colmó de la más absoluta estupefacción al pedir al Gobierno "abrir un paréntesis en la libertad de mercado". Pero, en aquel tiempo de los comienzos de la crisis financiera más grave, desde 1929, se vieron muchas cosas sorprendentes como algunas nacionalizaciones encubiertas de Bancos, entidades financieras y grandes compañías industriales (General Motors) tanto en los EE.UU como en el Reino Unido, sin que los atemorizados mercados financieros osasen abrir la boca para oponerse (más bien, la abrían para pedir a los, antes vilipendiados, Gobiernos más "estímulos fiscales", naturalmente, a su favor).
Pero ahora asistimos, ya repuestos del susto los mercados, a un contraataque de los mismos hacía los Gobiernos que ellos consideran más débiles, conminándoles a seguir sus "reglas" neo-liberales, que consisten en controlar y reducir los déficits públicos que esos mismos mercados habían contribuido a producir con sus demandas de ayuda. Y, por supuesto, volviendo a las andadas en cuanto a la auto-asignación de fuertes remuneraciones para los gestores financieros que ostentan el poder corporativo dominante en el mercado. Y, España no ha quedado inmune a esos ataques. Aunque nuestro Gobierno lo niegue, las precipitadas medidas de reducir drásticamente el gasto público y proponer al Pacto de Toledo el alargamiento de la vida laboral, son una respuesta dirigida a apaciguar a los mercados que habían empezado ya a incidir en las primas de riesgo del Reino de España. Y todo ello, ayudado por el "patriótico" discurso de los líderes del PP, incluido un ex-Presidente del gobierno español, en contra de cualquier medida tomada por el Gobierno de España. Lamentablemente, dada la ignorancia supina de la generalidad de los votantes, no se dará el merecido castigo electoral a tanta irresponsabilidad sino, probablemente, todo lo contrario. ¡Enhorabuena al PP!
En el diario Público (que se está decantando como el único diario, de ámbito estatal, claramente de izquierdas), de hoy (22/02/2010), hay dos artículos de enorme interés: uno es el titulado "La reforma de las pensiones debe comenzar con guarderías", del sociólogo danés Gøsta Esping-Andersen, y otro "El sistema de pensiones sobrevive a los expertos" de Pere Rusiñol.
El primero debería ser de lectura obligatoria para nuestros políticos y sindicalistas, ya que remueve muchos prejuicios establecidos, tanto por parte de la derecha sociológica y económica como por parte de los sindicatos llamados de "clase" y del propio Gobierno. En primer lugar, echa por tierra la idea de que, cuando hay dificultades económicas, es inevitable restringir servicios de bienestar social. Al contrario, estos servicios son, en muchos casos, más una inversión que un gasto. Lo es la educación, como todo el mundo sabe, pero también las guarderías infantiles y los servicios de "dependencia", ya que permiten que más mujeres accedan al mercado de trabajo y ello redunda en más producción y riqueza. Es algo que los países nórdicos han experimentado con mucho éxito. También la flexibilidad en el trabajo; trabajos a tiempo parcial adaptados a las necesidades de las empresas, pero también a las de las familias. La equidad es también otro valor económico importante. Por ejemplo, la lucha contra la pobreza no se debe considerar solo como una especie de "caridad" o "solidaridad" con los más desfavorecidos; un estudio realizado en los EE.UU demuestra que el coste de los altísimos niveles de pobreza infantil existentes equivalen al 5% del PIB, en forma de costes de la delincuencia (EE.UU es uno de los países con mayor porcentaje de población encarcelada), falta de capacitación para la inserción en el mercado laboral, gastos de salud y otros. El sociólogo danés concluye que por cada euro invertido en educación infantil se generarán 12 en el futuro; una rentabilidad más alta que la que produce cualquier negocio por rentable que sea. Y esto solo se producirá, para la mayor parte de la población, cuando haya un sistema público eficiente y democrático (añado yo) que lo ponga en marcha gratuitamente para las familias menos pudientes.
El segundo de los artículos a los que me refiero, trata de los espectaculares errores de los "expertos" en los informes que los partidarios de la privatización de las pensiones han promovido desde hace años. Claro que esos informes, que se han visto erróneos con el paso de los años, han sido, en realidad, informes interesados dirigidos a favorecer la inversión en fondos de pensiones privados que, efectivamente, han crecido espectacularmente en los últimos 10 años, si bien a partir de 2007 han dado un bajón debido a las pérdidas que estos fondos han sufrido por la crisis. Una razón más para preferir un sistema público de pensiones.
Estos informes "interesados" (del Círculo de Empresarios) pronosticaban, para 2010, solo 1,78 afiliados ocupados por cada pensionista, cuando van a ser 2,39 a pesar de la crisis. Pero la diferencia más espectacular de estos informes erróneos está en la prevista "deuda" del Fondo de Reserva de la S.S. que llegó a ser, aproximadamente, cero entre 1996 y 2000, y tiene, ahora, un superávit de 62.000 millones de euros, cuando el Círculo de Empresarios pronosticaba, para 2010, una deuda del 10,74% PIB o sea de un déficit de 113.000 millones de euros. Por lo tanto, una diferencia nada menos que de 175.000 millones de euros más que lo previsto. Previsión que, de haberse cumplido, hubiese supuesto la quiebra absoluta de la S.S. Una quiebra que nunca se dará ya que hay muchas formas de evitarla, incluso sin llegar al alargamiento de la vida laboral que ha propuesto el Gobierno, si se incrementa la población activa y ocupada con una mayor participación de mujeres y jóvenes, y un mayor impulso del trabajo a tiempo parcial y de reparto del empleo. He aquí los gráficos:
La crisis financiera y, en nuestro caso la del empleo, han vuelto a encender el debate sobre las ventajas o desventajas de los sistemas públicos y los privados. Y lo que ha quedado meridianamente claro es que sin los llamados estímulos fiscales, que todos los Gobiernos de países avanzados ha aplicado en mayor o menor medida, no habría sido posible pensar en una salida de la crisis a corto plazo (y, como decía Keynes, a largo plazo estaremos todos muertos). Y esto lo piensa así cualquier persona con un mínimo de conocimientos económicos (excepto, al parecer, Rajoy y Montoro). Sin ir más lejos, nuestro "ínclito" Presidente de la CEOE, Sr. Diaz Ferrán, nos colmó de la más absoluta estupefacción al pedir al Gobierno "abrir un paréntesis en la libertad de mercado". Pero, en aquel tiempo de los comienzos de la crisis financiera más grave, desde 1929, se vieron muchas cosas sorprendentes como algunas nacionalizaciones encubiertas de Bancos, entidades financieras y grandes compañías industriales (General Motors) tanto en los EE.UU como en el Reino Unido, sin que los atemorizados mercados financieros osasen abrir la boca para oponerse (más bien, la abrían para pedir a los, antes vilipendiados, Gobiernos más "estímulos fiscales", naturalmente, a su favor).
Pero ahora asistimos, ya repuestos del susto los mercados, a un contraataque de los mismos hacía los Gobiernos que ellos consideran más débiles, conminándoles a seguir sus "reglas" neo-liberales, que consisten en controlar y reducir los déficits públicos que esos mismos mercados habían contribuido a producir con sus demandas de ayuda. Y, por supuesto, volviendo a las andadas en cuanto a la auto-asignación de fuertes remuneraciones para los gestores financieros que ostentan el poder corporativo dominante en el mercado. Y, España no ha quedado inmune a esos ataques. Aunque nuestro Gobierno lo niegue, las precipitadas medidas de reducir drásticamente el gasto público y proponer al Pacto de Toledo el alargamiento de la vida laboral, son una respuesta dirigida a apaciguar a los mercados que habían empezado ya a incidir en las primas de riesgo del Reino de España. Y todo ello, ayudado por el "patriótico" discurso de los líderes del PP, incluido un ex-Presidente del gobierno español, en contra de cualquier medida tomada por el Gobierno de España. Lamentablemente, dada la ignorancia supina de la generalidad de los votantes, no se dará el merecido castigo electoral a tanta irresponsabilidad sino, probablemente, todo lo contrario. ¡Enhorabuena al PP!
En el diario Público (que se está decantando como el único diario, de ámbito estatal, claramente de izquierdas), de hoy (22/02/2010), hay dos artículos de enorme interés: uno es el titulado "La reforma de las pensiones debe comenzar con guarderías", del sociólogo danés Gøsta Esping-Andersen, y otro "El sistema de pensiones sobrevive a los expertos" de Pere Rusiñol.
El primero debería ser de lectura obligatoria para nuestros políticos y sindicalistas, ya que remueve muchos prejuicios establecidos, tanto por parte de la derecha sociológica y económica como por parte de los sindicatos llamados de "clase" y del propio Gobierno. En primer lugar, echa por tierra la idea de que, cuando hay dificultades económicas, es inevitable restringir servicios de bienestar social. Al contrario, estos servicios son, en muchos casos, más una inversión que un gasto. Lo es la educación, como todo el mundo sabe, pero también las guarderías infantiles y los servicios de "dependencia", ya que permiten que más mujeres accedan al mercado de trabajo y ello redunda en más producción y riqueza. Es algo que los países nórdicos han experimentado con mucho éxito. También la flexibilidad en el trabajo; trabajos a tiempo parcial adaptados a las necesidades de las empresas, pero también a las de las familias. La equidad es también otro valor económico importante. Por ejemplo, la lucha contra la pobreza no se debe considerar solo como una especie de "caridad" o "solidaridad" con los más desfavorecidos; un estudio realizado en los EE.UU demuestra que el coste de los altísimos niveles de pobreza infantil existentes equivalen al 5% del PIB, en forma de costes de la delincuencia (EE.UU es uno de los países con mayor porcentaje de población encarcelada), falta de capacitación para la inserción en el mercado laboral, gastos de salud y otros. El sociólogo danés concluye que por cada euro invertido en educación infantil se generarán 12 en el futuro; una rentabilidad más alta que la que produce cualquier negocio por rentable que sea. Y esto solo se producirá, para la mayor parte de la población, cuando haya un sistema público eficiente y democrático (añado yo) que lo ponga en marcha gratuitamente para las familias menos pudientes.
El segundo de los artículos a los que me refiero, trata de los espectaculares errores de los "expertos" en los informes que los partidarios de la privatización de las pensiones han promovido desde hace años. Claro que esos informes, que se han visto erróneos con el paso de los años, han sido, en realidad, informes interesados dirigidos a favorecer la inversión en fondos de pensiones privados que, efectivamente, han crecido espectacularmente en los últimos 10 años, si bien a partir de 2007 han dado un bajón debido a las pérdidas que estos fondos han sufrido por la crisis. Una razón más para preferir un sistema público de pensiones.
Estos informes "interesados" (del Círculo de Empresarios) pronosticaban, para 2010, solo 1,78 afiliados ocupados por cada pensionista, cuando van a ser 2,39 a pesar de la crisis. Pero la diferencia más espectacular de estos informes erróneos está en la prevista "deuda" del Fondo de Reserva de la S.S. que llegó a ser, aproximadamente, cero entre 1996 y 2000, y tiene, ahora, un superávit de 62.000 millones de euros, cuando el Círculo de Empresarios pronosticaba, para 2010, una deuda del 10,74% PIB o sea de un déficit de 113.000 millones de euros. Por lo tanto, una diferencia nada menos que de 175.000 millones de euros más que lo previsto. Previsión que, de haberse cumplido, hubiese supuesto la quiebra absoluta de la S.S. Una quiebra que nunca se dará ya que hay muchas formas de evitarla, incluso sin llegar al alargamiento de la vida laboral que ha propuesto el Gobierno, si se incrementa la población activa y ocupada con una mayor participación de mujeres y jóvenes, y un mayor impulso del trabajo a tiempo parcial y de reparto del empleo. He aquí los gráficos:
(Para ver el gráfico más grande hacer click encima)