Cuando a uno le faltan unos 10 meses para cumplir 80 años, sabe que se está entrando en la etapa de la vejez. Sin embargo, es posible que no se sea consciente de ello hasta que algún achaque resulte especialmente impactante. En mi caso, hace unos días tuve un tremendo dolor en un pié, justo en la articulación inferior del dedo gordo, que me impidió dormir durante toda una noche. En urgencias me sacaron una radiografía y quedó claro que tenía una artritis aguda como consecuencia de que la articulación se había quedado sin la almohadilla que facilita el movimiento. Con un antiinflamatorio se pasaron los dolores. Pero la artrosis de la articulación permanece, como seguramente la tengo en muchas otras articulaciones de manos y pies.
No es mi único achaque: también tengo asma pulmonar y fibrilación auricular (moderada) o fuerte estrabismo ocular. Pero estas cosas las tengo desde hace bastantes años y no me habían generado conciencia de vejez. Sí, en cambio, los fuertes dolores de una noche, si bien esta conciencia me ha recordado otras muchas señales de vejez que he venido experimentando desde hace años: cada vez peor memoria para los nombres, enlentecimiento de movimientos, rechazo a nuevos compromisos, torpeza en el aprendizaje de novedades informáticas, etc.
Por ejemplo, ahora mismo quiero insertar aquí una presentación del premio Nobel brasileño Dr. Varella que trata sobre las edades del hombre y que ofrece unos interesantes consejos de estilos de vida. Evidentemente, no puedo insertarlo como un archivo que está en mi ordenador ya que no lo podría abrir otra persona. Ahora bien quizás podría subirlo, como documento a la "nube" y luego compartirlo en este Blog. Aunque hay múltiples informaciones del uso de Google Docs, me está costando entender cómo puedo hacerlo. Si hay algún lector de este post, podrá comprobar si lo he conseguido si puede abrir y ver dicha presentación. Si no es así, es que no lo he conseguido.
Aquí el enlace a la presentación. Simplemente hay que pulsar sobre el subrayado de color y debe aparecer la presentación.
En una primera publicación no lo había conseguido. Después he tenido que configurar el compartir el archivo con toda la red. Lo he hecho y parece que lo he conseguido, después de casi una hora de intentarlo. Supongo que un joven, medianamente conocedor del manejo de estos elementos de Internet, lo haría en pocos minutos. Una complicación por la que se tarda un poco más es que Google exige dos direcciones y tengo una para Blogger distinta de la de Google Docs y Gmail. Por otra parte, he configurado la presentación como editable, por lo que, quizás, no funcione de manera automática y con sonido, pero espero que se pueda ver bien pulsando en cada recuadro.
Recomiendo a todos la lectura de esta presentación que se titula Reflexiones de un Nobel. No tiene desperdicio.
Decididamente, he tomado conciencia de que estoy entrando en el etapa de la vejez (de 80 a 90) y pienso que no me apetece llegar a la de la longevidad, que empieza a los 90 ya que no creo que, entonces, pueda tener el cuerpo y la cabeza en condiciones que me permitan disfrutar de la vida.
Ahora quiero despreocuparme de casi todo y, por tanto, también de escribir un Blog. Así que, quizás, sea este mi último post del Blog. Sin embargo, como creo que es una buena cosa ejercitar la mente con la escritura, es posible que continúe escribiendo un Diario, al estilo del escritor húngaro Sándor Márai, es decir a salto de mata, indicando fechas, pero sin ninguna pauta de frecuencia y, desde luego, sin colgar los escritos en Internet ya que serían de carácter más intimista y personal. Solo para mí mismo.
Acabo de leer mi post sobre dicho escritor húngaro (y residente en USA), titulado "El deterioro de la edad y Sándor Márai", que enlazo porque veo que trata del mismo tema que el de este post. Márai nació con el siglo y se suicidó en el año 1989, es decir cuando iba a empezar la etapa de la longevidad. Los últimos 5 años habían sido de sufrimientos y gran deterioro físico, aunque no parece que lo tuviese mental.
A mis aficiones, a las que me refiero en dicho post (TaiChi y Caligrafía china), hoy añado el del Urban Sketching que me supone una gran paz interior, debido a la necesidad de poner toda mi atención en el objeto a dibujar y, por tanto, vaciar mi mente de pensamientos inútiles y compulsivos.
La vejez puede ser una etapa muy gratificante en la vida, siempre que no se alargue demasiado.
Recomiendo a todos la lectura de esta presentación que se titula Reflexiones de un Nobel. No tiene desperdicio.
Decididamente, he tomado conciencia de que estoy entrando en el etapa de la vejez (de 80 a 90) y pienso que no me apetece llegar a la de la longevidad, que empieza a los 90 ya que no creo que, entonces, pueda tener el cuerpo y la cabeza en condiciones que me permitan disfrutar de la vida.
Ahora quiero despreocuparme de casi todo y, por tanto, también de escribir un Blog. Así que, quizás, sea este mi último post del Blog. Sin embargo, como creo que es una buena cosa ejercitar la mente con la escritura, es posible que continúe escribiendo un Diario, al estilo del escritor húngaro Sándor Márai, es decir a salto de mata, indicando fechas, pero sin ninguna pauta de frecuencia y, desde luego, sin colgar los escritos en Internet ya que serían de carácter más intimista y personal. Solo para mí mismo.
Acabo de leer mi post sobre dicho escritor húngaro (y residente en USA), titulado "El deterioro de la edad y Sándor Márai", que enlazo porque veo que trata del mismo tema que el de este post. Márai nació con el siglo y se suicidó en el año 1989, es decir cuando iba a empezar la etapa de la longevidad. Los últimos 5 años habían sido de sufrimientos y gran deterioro físico, aunque no parece que lo tuviese mental.
A mis aficiones, a las que me refiero en dicho post (TaiChi y Caligrafía china), hoy añado el del Urban Sketching que me supone una gran paz interior, debido a la necesidad de poner toda mi atención en el objeto a dibujar y, por tanto, vaciar mi mente de pensamientos inútiles y compulsivos.
La vejez puede ser una etapa muy gratificante en la vida, siempre que no se alargue demasiado.